Ser joven y haber padecido Covid-19 con síntomas menores no carece de riesgos. Dos investigaciones recién publicadas detectaron posibles impactos en la salud a largo plazo en adultos jóvenes; una por problemas de circulación y cardíacos, y la otra en temas de salud mental.
La primera, publicada en la revista Experimental Physiology, encontró una mayor rigidez de las arterias en adultos jóvenes, lo que puede afectar la salud del corazón y también puede ser importante para otras poblaciones que pueden haber tenido casos graves del virus.
El equipo de investigación de la Appalachian State University descubrió que el virus puede tener efectos perjudiciales en las arterias de todo el cuerpo, incluida la arteria carótida que suministra sangre al cerebro.
Estos resultados coinciden con otros estudios que han mostrado cambios en la función de los vasos sanguíneos entre adultos jóvenes entre tres y cuatro semanas después de haber sido infectados con SARS-CoV- 2 y hasta algunos meses después de la infección en adultos mayores.
De momento, no se sabe qué tan persistentes son las alteraciones circulatorias en personas jóvenes, pero los investigadores están siguiendo a los pacientes por seis meses para ver si presentan mejoría.
Por otro lado, en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, se hizo una evaluación de personas de 18 o más años de edad que dieron positivo al coronavirus SARS-CoV-2 y que tuvieron síntomas leves de Covid-19, como fiebre, tos, dolor de garganta o pérdida del olfato.
La evaluación psiquiátrica —hecha dos meses después de la desaparición de los síntomas—, detectó que el 26% tenía niveles significativos de síntomas de depresión, el 22% de ansiedad y el 17% de estrés postraumático, medidas que, aproximadamente, duplican los valores esperados.
Resultados como estos se habían visto en otros brotes de coronavirus, como el de SARS de 2002-2003 y del MERS en 2015, dice Silvia Martins, coautora de la investigación, y señala que los síntomas persistieron un año o más después del brote.