Para la doctora Janet Ballinas Hernández el hospital era como su hogar, allí desarrolló gran parte de su profesión, conoció colegas que más tarde se volverían amigos, y también a Joaquín González Arroyo, quien se convertiría en su compañero, no sólo de profesión, sino también en la vida, la enfermedad y la muerte.
Juntos no sólo atendieron a miles de pacientes, también formaron una de las parejas más seguidas y queridas dentro de Twitter, en donde miles los seguían por sus ocurrentes comentarios y sentido del humor respecto a la vida en un hospital; la pandemia poco cambió el sentido de la mayoría de sus publicaciones, aunque era más frecuente encontrar información, reflexiones, y hasta críticas, sobre el manejo de la crisis sanitaria.
Incluso el 3 de enero, cuando la doctora Fresis, como era conocida Janet Ballinas en Twitter, informó sobre su posible contagio por Covid-19 lo hizo con humor, citando a una caricatura y pidiendo que el virus abandonara “ese cuerpo decadente”; tres días después, cuando su caso fue confirmado por una prueba de laboratorio también lo hizo público con una frase que revelaba su carácter alegre.
En ese mismo periodo de tiempo también se confirmó que su esposo estaba contagiado, y que ambos pasarían la enfermedad aislados en casa mientras esperaban volver a su trabajo; la doctora Fresis incluso compartió un video humorístico de cómo sus compañeros se alejarían de ella cuando regresara al hospital.
Sin embargo, en menos de 72 horas, ambos estarían de nuevo en un hospital luchando de una forma distinta contra el coronavirus; la doctora Ballinas Hernández, quien nunca había tenido miedo de ingresar a un centro médico, publicó en Twitter su preocupación en una simple frase que resumía la impotencia de quien conoce bien a la muerte y a la vida como parte de su profesión.
El deceso del doctor Joaquín González días después cimbró a la comunidad médica de Twitter, que difundió la noticia al tiempo que pedía fuerza para Ballinas Hernández, quien todavía se encontraba en una situación delicada que, lamentablemente, empeoró con el paso de las horas hasta provocar su muerte.
La publicación que quedó fijada en la cuenta de la doctora Fresis resuena como un epitafio que la retrata de cuerpo entero: “Qué año tan difícil como para salir de él sin aprender a valorar la lealtad de un amigo, el privilegio de tener la familia sana y completa, la fortaleza de un verdadero amor y la importancia de abrazar todos los días como si fuera la última vez.”