Los preparativos de Santa Claus en su “pueblo”, situado en los confines del norte de Finlandia, son más austeros que nunca, ya que el Covid-19 ha impedido la llegada de turistas extranjeros.
Detrás de una pantalla de plexiglás destinada a protegerlo —¡incluso él! - de los gérmenes de los visitantes, el hombre en rojo y blanco explica que 2020 será para él y para sus renos un año aciago.
Debido a las restricciones, el parque de atracciones del Pueblo de Santa Claus, su residencia oficial, ha visto cómo las multitudes de otros años por diciembre se han reducido a un pequeño número de intrépidos. Unas decenas de personas, casi tantas como el número de empleados, visitan este paraje nevado.
Finlandia se ha cerrado a los viajes no esenciales y los vuelos chárter por tres días autorizados excepcionalmente para salvar la temporada no han traído a muchos extranjeros.
Lo bueno es que no hay filas y algunos tienen hasta la suerte de charlar un rato con Santa Claus, lo que, teniendo en cuenta que la entrada vale 79 euros, no es mucho.
En 2019, los turistas pasaron 2.9 millones de noches de hotel en la Laponia finlandesa, de la que Rovaniemi es el centro turístico, pero este año, el número hay que dividirlo por seis y la mayoría fue a principios de 2020 antes de la llegada del virus.
“Las comunidades locales están realmente en riesgo”, dice Sanna Kärkkäinen, presidenta de la oficina de turismo, que señala que se han destruido cinco mil empleos y han dejado de ingresar 700 millones de euros (más de 850 millones de dólares) por el Covid-19.
Ante la falta de visitantes, el parque de atracciones competidor, Santa Park, ha decidido suspender la temporada y prepararse para abrir el próximo invierno de 2021.
“Todo el equipo estaba ahí, teníamos grandes esperanzas”, dice Ilkka Läntinen, propietario del complejo turístico junto con su esposa Katja. Confiaban en que se redujeran las restricciones, pero no ocurrió. La pareja se consuela con las primeras reservas que están llegando para el invierno de 2021.
La voz de Kristian Erkkilä casi no se oye en medio de los ladridos de sus 90 perros de trineo, pero ha decidido permanecer abierto aunque sus 600 visitantes diarios son parte del pasado.
En 2019, los turistas pasaron 2.9 millones de noches de hotel en la Laponia finlandesa, pero este año, el número hay que dividirlo por seis.