Durante 11 años y hasta que estalló la crisis del coronavirus, Germán Amaya trabajó en el lujoso hotel Fontainebleau de Miami. La pandemia le hizo perder el trabajo y con él su seguro médico, y después, la vida.
Amaya murió en un hospital de Florida, en el sureste de Estados Unidos, luego de varias semanas de una batalla contra la Covid-19. El salvadoreño de 55 años dejó una familia devastada, que llora su muerte mientras se enfrenta a una factura de hospital impagable, asegura la agencia francesa de noticias AFP.
“Les lloré, les supliqué que por favor me dejaran entrar, que necesitaba verlo, que yo era su esposa, necesitaba estar en ese momento con él”, dice la mujer de 46 años, también salvadoreña.
La familia ahora vive en carne propia uno de los temas más polémicos en el país: la manera como funciona la atención sanitaria.
En Estados Unidos, la atención médica está vinculada al empleo. Es la única nación rica donde quedar desempleado, algo que ha ocurrido a millones de personas durante la pandemia, significa también perder el seguro de salud, refiere la agencia francesa de noticias.
Germán Amaya falleció el 7 de agosto tras una hospitalización de 24 días, nueve de ellos en coma.
Toda la familia dependía económicamente de Germán Amaya. Ahora, al dolor, se le suma la incertidumbre financiera.
“La familia, mientras llora su muerte, también se enfrenta a una tremenda carga financiera”, dice Wendi Walsh, oficial de Unite Here Local 355, un sindicato que representa a los trabajadores de la industria hotelera. Hasta ahora, no han recibido la cuenta, que suele demorar semanas o meses en llegar.
De acuerdo con información de AFP, FAIR Health, que analiza los seguros de salud, calcula que los pacientes de Covid-19 sin cobertura médica pueden encontrarse con deudas promedio de 73 mil dólares.
Germán había sido despedido en marzo, junto a cientos de trabajadores del Fontainebleau. Allí trabajó 11 años como organizador de banquetes. Pero el hotel “no está obligado a proveer beneficios médicos a los trabajadores que despide, como ocurre con prácticamente todos los trabajadores privados”, explica a AFP Josh Herman, vicepresidente de mercadeo del Fontainebleau.
Herman también detalla que los trabajadores despedidos tenían la posibilidad de afiliarse a un programa federal llamado COBRA, que les extiende la cobertura a su propio costo.
Sin embargo, la prima mensual de este programa es muy cara para un desempleado, aseguró Eneida Roldán, profesora y presidenta ejecutiva de la Red de Asistencia Médica de la Universidad Internacional de Florida.