Washington, una visita bajo riesgo
A una semana de la reunión entre López Obrador y Donald Trump en Estados Unidos, legisladores demócratas piden su cancelación por considerarlo un distractor de la crisis de Covid ante la “incapacidad” de Trump en el manejo de la pandemia
El domingo al medio día no más 60 autos organizaron una marcha AntiAMLO. Esta vez no fue en territorio mexicano, sino la ciudad de San Diego, California. Ese pequeño grupo de residentes de ascendencia mexicana que salió del consulado y protestaba por “el comunismo” del presidente Andrés Manuel López Obrador y al pasar por un lavado de autos, de inmediato los trabajadores de origen mexicano en señal de rechazo les gritaron y chiflaron tan fuerte como el claxon de los vehículos.
Es que la figura del mandatario mexicano tiene el apoyo de los trabajadores connacionales y es precisamente eso lo que necesita el presidente Donald Trump en este momento que va cayendo en las preferencias electorales, a tal punto que está en riesgo su relección. Uno de los puntos más débiles en este momento es el voto de las minorías, el voto latino.
Oficialmente el encuentro de trabajo, que se celebrará el próximo 8 de julio, se abordarán dos temas: económico y de cooperación, particularmente en la pandemia por Covid-19. Al menos hasta la tarde de hoy la cancillería mexicana negociaba la agenda con su similar estadounidense.
Incluso se han propuesto firmar documentos sobre estos dos temas, pero al cierre de esta edición aún no se definía. Fuentes cercanas a esta planificación comentaron que ha sido complicado llegar a acuerdos sobre la agenda, porque ninguna de las dos cancillerías tenía previsto que esto fuera a concretarse, era apenas una idea general que no había avanzado. Incluso la Secretaría de Relaciones Exteriores no lo impulsaba, lo manejaba a largo plazo, porque “no quería que se diera”, ante los riesgos políticos que implica.
Y ya causó una reacción, primero entre organizaciones migrantes que le pidieron a López Obrador que no se reúna con el presidente estadounidense. Pero hoy el grupo de congresistas hispanos enviaron una carta a Trump para que cancele el encuentro con el mandatario mexicano:
“Su decisión de celebrar una reunión cuando el Congreso no está en sesión, cuando los miembros del Congreso estarán en nuestros distritos para abordar las necesidades de las comunidades de los Estados Unidos que han sido devastadas por esta pandemia, es un intento descarado de politizar la importante relación Estados Unidos-México en estrategias partidistas. Por todas las razones enumeradas anteriormente, le recomendamos encarecidamente que reconsidere y cancele esta reunión”, se lee en la misiva firmada por 13 congresistas que representan. Los estados con más hispanos entre su población y de los estados más poderosos económicamente para Estados Unidos: Nueva York, California, Texas, Illinois y Arizona.
Para Donald Trump la visita es un hecho, y comentó ante la prensa: “Espero dar la bienvenida al presidente Andrés Manuel López Obrador en la Casa Blanca para continuar nuestro importante diálogo sobre comercio, salud, y otros temas centrales a nuestra prosperidad regional y seguridad”.
Sin abundar en el programa y detalles de la visita pactada, pues señaló que aún no estaban del todo definidos, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón recalcó que el motivo de la reunión de trabajo con “carácter bilateral”, respondía a la entrada en vigor del tratado comercial entre los tres países, y se llevaría la tarde del 8 de julio, entre Donald Trump y el presidente López Obrador.
Durante la conferencia matutina de ayer miércoles, el canciller indicó que al agenda para el día siguiente de ese encuentro se tiene previsto para una reunión con la agenda trilateral, incluyendo la asistencia del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, pero reconoció que aún estaba por confirmarse mayores detalles al respecto.
La economía, el epicentro
La reunión de trabajo en materia económica se topará con un terreno fangoso. Por un lado, empresas con inversiones energéticas que reclaman respeto a los acuerdos pactados y, por el otro, las exigencias que deberá cumplir con la entrada en vigor del T-MEC.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer sostuvo que estarán vigilantes que se cumpla con los acuerdos que estipula el Tratado, porque además representa una de las formas de recuperar la economía estadounidense.
“Con la USMCA (siglas en inglés del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) tendremos un crecimiento económico más fuerte y más empleos. Mientras nuestra nación lucha por recuperarse de covid-19, nada podría ser más importante. Finalmente, un presidente estadounidense ha cumplido sus promesas”, destacó Lighthizer.
El secretario de comercio, al declararse vigilante del cumplimiento, parecía más en sintonía con el embajador estadounidense en México Christopher Landau quien dijo la semana pasada, ante los integrantes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), que no era un momento propicio para invertir en México a causa del gobierno de López Obrador.
“Para mí es una parte esencial de mi trabajo como embajador, es tratar de arreglar esos problemas cuando se presentan y francamente tratar de fomentar la inversión de mis connacionales, pero tampoco les puedo mentir y tampoco les puedo decir que bueno es un momento oportuno para invertir en México, si se ven cosas muy de-
salentadoras para la inversión extranjera”.
Aunque trató de corregir, la grabación completa daba cuenta de sus palabras. Y es precisamente un embajador el encargado de informar al gobierno estadounidense la situación que existe en un país, en este caso México. Es entonces la visión de la Casa Blanca. Si bien líderes empresariales de México, Estados Unidos y Canadá celebraron la entrada en vigor del T-MEC, todos se pronunciaron para que sea la vía de recuperación de los tres países ante la crisis económica generada por la pandemia.
13 congresistas hispanos firmaron una carta dirigida a Donald Trump para que reconsidere el encuentro con su homólogo mexicano.
El cambiante Trump
Apenas esta semana la plataforma Twitch suspendió la cuenta del presidente Donald Trump, que estaba utilizando para su campaña rumbo a las elecciones de noviembre, porque durante una transmisión señaló como “violadores” a algunos mexicanos que cruzan la frontera y “traen el crimen” a Estados Unidos. No es la primera vez que el presidente estadounidense utiliza estos adjetivos para referirse a la comunidad latina, pero fue la primera vez que lo hizo a través de Twitch.
Ese es el Trump con el que se topará López Obrador el próximo 8 de julio en la Casa Blanca en su visita de trabajo. También un ambiente dividido por la crisis económica y de salud, en donde los latinos han resultado de los grupos más afectados.
Más de una treintena de organizaciones, federaciones y clubes de connacionales radicados en territorio estadounidense expresaron, a través de una misiva enviada al presidente López Obrador, su preocupación ante la probabilidad de que su gobierno revaloré los motivos de su visita, a fin de considerar las demandas, necesidades y propuestas del “Otro México”, “que en los últimos 40 años hemos enviado más de 450 mil millones de dólares que han sido soporte macroeconómico principal para el país y para más de 1.6 millones de hogares”.
Y tras confirmarse los días del encuentro exhortaron al presidente López Obrador en ser cuidadoso para que su visita no sea percibida como intervención en el próximo proceso electoral en Estados Unidos, “por lo cual se debe de ser respetuoso a éste proceso y a la democracia de éste país, y no intervenir de ninguna manera en apoyar alguna candidatura o partido político”, señaló Club de Migrantes Cuautla Los Hijos Ausentes.