Cientos de trabajadores, directos e indirectos en las operaciones de carga y logística del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), así como empresas de transporte aéreo y terrestres tendrán un reto de decretarse la restricción a los vuelos de carga hacia esa terminal, ya que implicará no solo la llegada de vuelos a un lugar diferente, sino trasladar las operaciones de su cadena de suministro.
“Encontramos que esta regulación debió haber sido clasificada como un AIR (Análisis de Impacto Regulatorio) de alto impacto, justamente porque tiene impacto transversal en las industrias. No solamente impacta directamente a la industria de carga y de paquetería, sino que también impacta a todas las industrias que reciben insumos por medio del transporte aéreo”, indicó en entrevista para ejecentral la coordinadora de Competitividad y Mejora Regulatoria de la Coparmex, Mylene Cano.
Coincidió en que habrá costos ocultos como el traslado de empleos y oficinas, lo que traerá gastos a las empresas que deberán ser trasladados a los consumidores, aunque señaló que aún están analizando el impacto real que conllevará en la industria y en la economía del país.
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Tres fuentes consultadas por ejecentral y dedicadas al transporte de carga en el aeropuerto capitalino, aseguraron que no les consultaron sobre el contenido del decreto ni los tiempos. Aunque aseguraron que el proyecto de decreto no especifica que será Santa Lucía el punto principal para la llegada o salida de mercancías, hace unos tres meses, coincidieron, hubo una reunión con las autoridades de Santa Lucía para definir qué elementos debían estar disponibles para que se hiciera una transferencia de ese tipo de vuelos. Eso, aseguran, es el único acercamiento con la industria.
De acuerdo a la información recabada por este periódico, el AIFA no cuenta con la conexión electrónica de las aduanas con el SAT, tiene ocho almacenes que no están operando ni cuentan con la infraestructura necesaria aún para establecer cadenas de almacenaje; y adicionalmente las conexiones con otros estados y la llegada al aeropuerto aún son limitadas, lo que hace más costosa la operación.
Un dato adicional, coincidieron, es que las empresas que transporten pasajeros y carga tendrán una ventaja operativa, porque continuarán operando desde el aeropuerto de la Ciudad de México, donde “ya existe una operación consolidada y, por tanto, será una competencia desleal”, añadió una de las fuentes.
“Este cambio puede generar caos en las operaciones y grandes pérdidas si no se lleva a cabo con todo el soporte logístico y técnico necesario”, advirtió una de las fuentes.
En 2022, el aeropuerto de la Ciudad de México registró un trasiego de mercancías por 570.8 mil toneladas, de las cuales 87.1 fueron en rutas nacionales y 483.7 en vuelos internacionales. En ese mismo año, el número de vuelos que arribaron al AICM con carga ascendió a 12 mil 026, de los cuales 2 mil 918 fueron en el interior del país y 9 mil 110 desde el extranjero. De acuerdo a información del gobierno, alrededor del 50 % de los fletes pasa por el AICM.
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