Las empresas encargadas de coordinar la construcción de la nueva terminal aérea se resisten a transparentar los fideicomisos y créditos que han obtenido para la obra. Legisladores temen corrupción y que queden empeñadas las ganancias futuras del proyecto
Juan Carlos Rodríguez
Fideicomisos inescrutables, adjudicación de obras a empresas con las propuestas más caras y mal integradas, abandono de trabajos, incremento de precios respecto a los presupuestados originalmente pactados, servicios pagados que no han sido ejecutados y falta de regulación en el usufructo de las futuras ganancias… Así es como marcha la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).
Le llaman la obra del sexenio. Con una inversión estimada en más de 186 mil millones de pesos, es considerado el proyecto de infraestructura más ambicioso de las últimas décadas. Pero, a dos años y medio de que se anunció la construcción, se multiplican las advertencias por posibles actos de corrupción y las voces que exigen transparentar los expedientes financieros del nuevo aeropuerto, pues no hay claridad en el manejo de créditos, inversiones, deuda, intereses, plazos y esquemas de pago.
ejecentral tuvo acceso a un borrador en el que la Comisión Especial de Seguimiento a la Construcción del NAICM de la Cámara de Diputados resume las anomalías que ha detectado en la obra, en el que pide abrir al escrutinio público los esquemas de financiamiento, y exige a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) llevar a cabo estudios forenses, como se les denomina a las investigaciones donde hay indicios de fraudes contra la hacienda pública que ameritan incluso el ejercicio de la acción penal.
En el documento, uno de los puntos que más preocupa a los integrantes de la Comisión Especial es transparentar las condiciones en que Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, S.A. de C.V. (GACM) y Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, S.A. de C.V. (AICM) —los dos entes paraestatales creados ex profeso para coordinar la construcción del nuevo aeropuerto— obtuvieron un crédito por dos mil millones de dólares con la banca internacional y para el cual se dejaron en garantía las ganancias futuras del proyecto.
El documento de los legisladores, que de ser avalado por todos los integrantes de la Comisión Especial será enviado al auditor superior de la Federación, refiere que ese préstamo fue obtenido a cambio de la emisión de títulos de deuda a cargo del fideicomiso privado 80460, y a través del cual GACM y AICM obtendrán ganancias de los ingresos futuros del nuevo aeropuerto.
En el reporte, los legisladores resaltan que las entidades paraestatales responsables del manejo financiero y edificación del NAICM no han aclarado el costo total que se tendrá que pagar con recursos de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (un impuesto que ya desde ahora se cobra a los usuarios de la terminal aérea y que se seguirá cobrando indefinidamente para financiar el NAICM) por las disposiciones del contrato del crédito de mil millones de dólares, tales como intereses, comisiones, y gastos asociados con el mismo.
El misterio de la TUA
Han pasado 31 meses desde que se puso en marcha la construcción de la obra y GACM-AICM no han aclarado el plazo por el que tendrían que ceder los recursos de la TUA para liquidar el crédito ni el ingreso que tienen las líneas aéreas por la recolección de esa tarifa. Lo único que se sabe es que las empresas entregan al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México los llamados “manifiestos de salida” (documentos de buena fe), en los que informan, bajo protesta de decir verdad, la TUA que pagaron los usuarios.
Esta es otra zona nebulosa, según el diagnóstico que la Comisión Especial, son los procedimientos de control y supervisión respecto de la facturación que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, S.A. de C.V. realiza a las aerolíneas, las cuales depositan los ingresos recaudados por concepto de TUA al fideicomiso privado 2172, sin que hasta el momento la Auditoría Superior de la Federación haya podido revisar los ingresos a dicho fideicomisos ni el uso del dinero que ahí se deposita.
Otro aspecto que GACM y AICM no han solventado documentalmente es en qué se gastaron 2 mil 706 millones 991 mil 100 pesos de recursos provenientes de la TUA por los fideicomisos privados 2172 y 80460, y las instrucciones giradas por las dos entidades para el efecto, ya que “el esquema de financiamiento fue estructurado bajo el marco legal de derecho privado, modificando su naturaleza de recursos públicos a privados, lo que evitó que el crédito por mil millones de dólares se registrara como deuda pública”.
En el informe sobre la Cuenta Pública 2015, publicado en febrero pasado, la Auditoría Superior de la Federación se abstuvo de emitir opinión sobre la participación de GACM y AICM en el esquema de financiamiento estructurado para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en el que participaron los fideicomisos privados 80460 y 2172, así como el fideicomiso no paraestatal 80726.
Este semanario buscó a los titulares de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, S.A. de C.V. y de Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, S.A. de C.V. para conocer su punto de vista sobre los señalamientos de opacidad, pero no obtuvo respuesta.
Ambigüedad
El dictamen de la ASF establece que el gobierno federal utiliza para la construcción del nuevo aeropuerto un esquema de financiamiento en donde participan entidades paraestatales y fideicomisos privados, por lo tanto “los recursos que ingresan no se reconocen en la hacienda pública y las erogaciones realizadas no se registran en la cuenta pública correspondiente”.
De acuerdo con la Auditoría, no existe control por parte del gobierno federal de las erogaciones para la construcción del NAICM, que incluya las cifras de las obras inherentes pagadas por otras entidades como la Comisión Nacional del Agua, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, el Fideicomiso 1936 Fondo Nacional de Infraestructura, entre otros. Es decir, el gobierno no tiene detalles de los gastos realizados por las propias dependencias federales.
❝No es posible determinar el costo total del esquema de financiamiento (el capital del crédito, sus intereses, las comisiones y gastos asociados con el mismo), que se tendrá que pagar con recursos de la Tarifa de Uso de Aeropuerto❞, señala el órgano fiscalizador.
La ASF concluye que no se acreditó que el GACM, como sociedad controladora de AICM tenga establecidos mecanismos de control que le permita conciliar con oportunidad y tener un control de las disposiciones de los créditos, los recursos pagados de la TUA y los flujos de ese dinero entre los participantes y los fideicomisos privados del esquema de financiamiento para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Así, la megaobra del sexenio se encuentra en una zona nebulosa y su salida con éxito dependerá de la respuesta que la ASF dé a los diputados federales que exigen auditar los fideicomisos que hasta el momento son “cajas negras” a las que nadie puede acceder. El mandato del presidente Enrique Peña Nieto se encuentra en sus peores niveles de aprobación, en parte por los escándalos de corrupción, y su última reserva de reputación podría depender de la transparencia con que se concluya la primera etapa del nuevo aeropuerto.
Pagos indebidos
En los 31 meses que han transcurrido desde el inicio de la construcción del NAICM, la ASF ha identificado faltantes por 139.3 millones de pesos, entre ellos: