›Con mas de 200 mil imagenes se descifra la construccion contemporanea de las fronteras entre naciones, a travès de los avances tecnologicos las fronteras vuelven a ser ficticias.
Por: Josh Begley
¿Cómo luce la frontera sur de Estados Unidos?
A pesar de todas las declaraciones sobre “asegurar la frontera” y “construir un muro”, existe poco material visual que transmite cuán vasto es este tramo de terreno.
En total, la frontera entre Estados Unidos y México abarca 3,145 kilómetros. De acuerdo con Google Maps, tardarías 34 horas recorrerla en auto. En algunos lugares, ya hay un muro en la frontera, uno que mide más de mil kilómetros. Se estima que pasa aproximadamente 1 millón de personas a través de las garitasº todos los días.
Pero, ¿cómo luce la geografía de este paisaje? ¿Es industrial? ¿Solitaria? ¿Poblada? ¿Todas las anteriores?
Utilizando las coordenadas geográficas de la línea divisoria internacional, además de los datos de ubicación de la valla fronteriza existente (que ha sido mapeada por periodistas de NPR y el Centro para el Periodismo de Investigación), escribí un pequeño script para computadora con el fin de descargar imágenes satelitales de toda la frontera. Terminé con cerca de 200,000 imágenes.
Usando una herramienta de comandos de línea llamada ffmpeg, uní las imágenes usando un programa, y luego la trabajé con Laura Poitras y su equipo de Field of Vision para realizar un breve video. Jace Clayton, el artista y autor conocido como DJ/Rupture, creó una banda sonora original para la pieza.
Ríos de datos
Las fronteras comienzan como ficciones. Son creadas. Son líneas dibujadas en la arena, espacios que se doblan y rompen y hacen excepciones para cierto tipo de cuerpos.
Las fronteras se vuelven reales por las políticas en torno a ellas. El hecho de que las fronteras comiencen como una ficción no las hace menos reales. La frontera es, literalmente, lo que da forma a un país.
Una forma en que una frontera es creada —en particular la ubicada al sur de Estados Unidos— puede entenderse a través de la recopilación de datos. En la región fronteriza, a lo largo del Río Grande y hacia el oeste a través del desierto, la oficina de Protección de Aduanas y Fronteras (CBP) despliega radares, aviones no tripulados, aviones de ala fija, helicópteros, sensores sísmicos, radares de tierra, software de reconocimiento facial, lectores de matrículas y cámaras de video infrarrojo de alta definición. Cada vez más, todas ellas alimentan de datos a algo que se llama “The Big Pipe” [La gran tubería].
Como mi colega Roger Hodge informó en 2012, la gran tubería es “una red de vigilancia desarrollada por Kenneth Knight, el director ejecutivo adjunto de las operaciones de seguridad nacional de la Oficina del Aire y la Marina (OAM), una división menos conocida de la CBP que opera la mayor fuerza aérea policial del mundo”.
Él continúa: El CBP, que abarca la Patrulla Fronteriza, ha desplegado medios cada vez más avanzados no sólo para escudriñar, buscar e incautar un inmenso flujo de drogas y cuerpos, pero también para canalizar un río de datos —manifiestos electrónicos, listas de nombres de viajeros, fechas de entrada y terabytes incalculables de imágenes de video— todos los cuales deben ser analizados y cuantificados, indexados y almacenados.
Al pensar en ríos de datos, y terabytes incalculables de imágenes de video, encontré una conexión con el “Río de las Sombras” de Rebecca Solnit, e idea que Trevor Paglen planteó en una serie de ensayos sobre lo que él llama “las máquinas que ven”.
Las máquinas que ven
En su ensayo “Geografías de la fotografía”, Paglen esbozó el papel de las máquinas que ven en la creación de zonas geográficas relacionales capaces de colapsar el espacio y el tiempo.
Las máquinas crean geometrías espaciales y temporales no contiguas, colapsan lo cercano con lo distante y el presente con el pasado y el futuro. Para ilustrar estas geografías “relativas” de las máquinas que ven, voy a usar el ejemplo del drone Reaper. En esencia, se trata de una cámara montada en un avión a control remoto. A veces ese avión lleva misiles. Lo que es especial acerca de un drone Reaper (y otros aviones no tripulados más grandes en su familia, como el Predator y el Sentinel) es que el avión, el piloto, el navegador, los analistas y el comandante no tienen que estar en el mismo lugar. El avión podría estar volando en una misión de combate en Yemen por un piloto ubicado en Nevada, cuyo supervisor se encuentre en Virginia, y apoyado por oficiales de inteligencia en Tampa (el geógrafo Derek Gregory ha escrito sobre lo que él llama “Geografías del drone”.) 
El drone crea sus propias geografías “relativas”, plegando varios espacios no contiguos en todo el mundo en un solo “campo de batalla”.
El plegado del espacio-tiempo que el sistema de drones Reaper permite es una versión de lo que Marx llamó célebremente la “aniquilación del espacio con el tiempo”, es decir, la capacidad de sacar provecho de la velocidad de las nuevas tecnologías de transporte y comunicación para “acercar” espacios dispares, hablando en términos relativos. La fotografía ha sido parte de esta aniquilación del espacio-tiempo desde su invención.
›Aunque las máquinas han desempeñado un papel en la “aniquilación del espacio-tiempo”, desde los orígenes de la frase en el siglo XIX, juegan un papel cada vez más relevante en la creación de nuevas zonas geográficas relativas temporales, tal vez algo similar a una “aniquilación del tiempo- espacio”.
Hay muchas razones para sospechar que, si el siglo XIX vio la aniquilación del espacio con las tecnologías de comunicación y transporte, entonces el siglo XXI podría ver una dramática reconfiguración similar a través de la vigilancia persistente, el almacenamiento y las tecnologías analíticas que pueden “meter la mano en el pasado” de una forma sin precedentes.
La mayoría de las tecnologías que se utilizan para controlar la frontera, o realizar la frontera, pueden entenderse como “las máquinas que ven”.
¿Qué significaría para tratar de “ver” toda la frontera a la vez? ¿Recorrer los temporales enteros en, digamos, seis minutos?
¿Podría simplemente mirar un lugar que ha sido tan fuertemente politizado —un lugar abstraído en un segmento de sonido— dar una pequeña cantidad de textura y significado a una frase como “build that wall” [construyan ese muro, frase pronunciada por Donald Trump]?
La frontera sur es un espacio que se ha reducido casi en su totalidad a la metáfora. No es ni siquiera una geografía. Parte de mi intención con esta película es insistir en esa geografía.
Al enfocarse en el paisaje físico, espero que los espectadores puedan darse una idea de la enormidad de todo, y tal vez imaginar lo que significa ser un sujeto político de ese terreno.
Imágenes de la frontera Mèxico Estados Unidos, 3,145 kilometros en imagenes y video en tiempo real.
