El panorama económico mundial que se estimaba podría mejorar ante los controles establecidos por gobiernos ante la pandemia terminó por encontrar un nuevo obstáculo en la guerra en Ucrania, que se prevé continúe durante 2023 afectando a las principales economías del mundo como Estados Unidos y en Europa.
De acuerdo con el informe de Perspectiva Económica Mundial del 4 trimestre de 2022 realizado por Economist Intelligence Unit, la guerra ha provocado que las materias primas aumenten su precio, además de causar una interrupción en las cadenas de suministro y la militarización de los suministros de energía.
Es precisamente este último factor el que ha llevado a que los precios de la energía aumenten y aunque se estima que el costo del petróleo se mantendrá por encima de los 90 dólares por barril hasta mediados de 2023, se considera que las restricciones al suministro de crudo provocarán que el costo baje hasta un piso de 85 dólares a finales de 2022.
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Mientras que en lo relativo a las cadenas de suministro, se vislumbra que estas se mantendrán obstaculizadas y comenzarán a normalizarse hasta el segundo semestre de 2023.
La unidad de negocios destaca la agresividad con la que los bancos centrales están intentando hacer frente a la inflación, que ya ha alcanzado niveles récord en distintos países, disparándose a nivel global hasta un 10% este año.
Sin embargo, el informe coloca la mirada en las principales economías que actualmente enfrentan una situación compleja pese a la liberación de restricciones por covid-19 y que están siendo golpeadas por la guerra en Ucrania.
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Ejemplo de ello es la Eurozona, en donde se estima que habrá una recesión económica derivada de la racionalización de gas en el periodo invernal 2022 – 2023 por parte de Rusia, a lo que sumaría el aumento en el costo de la electricidad.
La situación llegaría a tal punto, indica el informe, que se registrará una recesión durante todo el año 2023 en países de Europa como Alemania, Francia, Italia, España, Países Bajos, Reino Unido y otros más, dejando la gravedad de esta crisis en la medida como bajen las temperaturas invernales.
También representa un factor importante “la solidaridad de la Unión europea” y la participación de las empresas en cuanto a su alejamiento respecto al uso del gas. Aunque se estima que por la propiedad de sus relaciones económicas esta situación afecte a dichos países de manera distinta.
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Por ejemplo, se considera que Austria y Alemania dada su gran dependencia del gas ruso, enfrentarán escasez al igual que Italia, por lo que deberán racionalizarlo. Un impacto severo se verá también en países como Eslovaquia y República Checa, que tendrán efectos secundarios de la recesión en Alemania.
Respecto a Estados Unidos, Economist Intelligence Unit advierte que su economía sufrirá una desaceleración a finales de este año y se extenderá hasta principios de 2023, con el riesgo de que se registre una segunda ola de inflación.
La situación, se prevé, llevaría a la Fed a establecer medidas más rigurosas para combatirla, es decir, que aumentará tasas de interés.
En el caso de China, país en el que inició la pandemia del nuevo coronavirus en 2019, se estima que su política de cero Covid sea un factor que limite el crecimiento mundial desde este año y hasta 2023 debido al cierre de ciudades.
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