Redacción ejecentral
El nuevo veto migratorio del presidente Donald Trump que cierra las fronteras a inmigrantes y refugiados de seis países de mayoría musulmana fue bloqueado hoy temporalmente por un juez federal, horas antes de su entrada en vigor prevista para la medianoche de este jueves.
El juez federal en Hawai, Derrick K. Watson, congeló la orden en todo el país.
Este miércoles, Watson fue el segundo de tres jueces en escuchar los argumentos sobre si congelar o no la prohibición, reporta The Washington Post.
Un juez federal en Maryland dijo que podría vetarla antes de que termine el día tras haber celebrado audiencia por la mañana. Mientras que un juez federal en el estado de Washington, que suspendió el primer veto de Trump, escuchará los argumentos a las 5:00 pm, hora del este.
La audiencia en Hawai se produjo en respuesta a una demanda presentada por el propio Estado.
Los abogados hawaianos alegaron que la nueva prohibición de viajar, como la anterior, viola la cláusula de establecimiento de la Primera Enmienda porque es esencialmente una prohibición musulmana, perjudica la capacidad de las empresas estatales y universidades para reclutar talentos y dañar la sólida industria turística del estado.
Señalaron particularmente el caso de Ismail Elshikh, el imán de la Asociación Musulmana de Hawai, para quien la solicitud de su suegra por una visa migratoria aún es procesada.
Bajo la nueva orden ejecutiva, los abogados de Hawai dijeron, Elshikh teme que a su suegra se le prohiba entrar a los Estados Unidos, en última instancia.
“El doctor Elshikh ciertamente tiene posición en este caso. Él, junto con todos los residentes musulmanes en Hawai enfrentan más obstáculos para ver a la familia debido a la fe religiosa”, dijo la abogada Colleen Roh Sinzdak durante la audiencia.
“No es sólo un daño para los residentes musulmanes del estado de Hawai, sino que también es un daño para el Estado Unidos en su conjunto y está en contra de la Primera Enmienda”.
Veto vuelve a tribunales
El nuevo veto, que a diferencia del primero excluye a Irak, fue puesto a prueba en sus primeras audiencias judiciales y no la libró.
El primero de los decretos migratorios, firmado el pasado 27 de enero, resultó bloqueado por la justicia, y la Casa Blanca ensayó con una nueva redacción para evitar correr esa misma suerte, pero la batalla legal de ninguna manera será fácil.
Ccortes federales, una en Hawai (Pacífico), Maryland (este del país) y Washington realizan audiencias de urgencia sobre esta nueva orden ejecutiva.
El nuevo decreto -firmado por el presidente lejos de las cámaras de televisión hace ocho días- cierra las fronteras a los refugiados por 120 días y congela las visas a viajeros de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen por 90 días. Irak fue retirado de la primera lista.
Trump ya afirmó que esta nueva versión del decreto anti-inmigrante corrige aspectos poco claros de la primera edición, y por lo tanto confía que será prácticamente imposible que una corte decida la suspensión de sus efectos.
Naturaleza “inconstitucional”
Washington, junto a los estados de California, Massachusetts, Oregon, Maryland y Nueva York, sometió el caso el lunes ante James Robart, un juez federal de Seattle que había tenido un papel esencial en el bloqueo del primer decreto presidencial.
El fiscal general de California, Xavier Becerra, señaló en una nota que “el gobierno de Trump pudo haber modificado el texto de su ya desautorizado bloqueo al ingreso de musulmanes, pero no ha cambiado su naturaleza inconstitucional ni sus efectos”.
Por haber iniciado los procedimientos para bloquear el primer decreto migratorio de Trump, el magistrado Robart había sido objeto de la ira del presidente, quien en la red social Twitter se refirió a él como “dizque juez”.
En Hawái (tierra natal del ex presidente Barack Obama y un bastión del Partido Demócrata), la fiscalía presentó un alegato formal ante un juez federal, quien convocó a una audiencia urgente para este miércoles.
Lo mismo ocurrirá en Maryland, un estado lindante con el Distrito de Columbia, asiento de la capital federal, Washington. De acuerdo con la mecánica judicial estadounidense, un juez federal puede suspender parcial o completamente la aplicación de un decreto, en una decisión que tiene alcance nacional.
Gobierno prepara sus argumentos
En contrapartida, la legión de abogados del Departamento de Justicia está lista para recorrer tribunales en defensa de la decisión presidencial de cerrar las fronteras del país a refugiados e inmigrantes de los seis países afectados por el decreto.
A diferencia del primer decreto, que tenía vigencia inmediata y generó una monumental confusión en aeropuertos de todo el país, esta vez el gobierno retrasó en algunos días la entrada en vigor para preparar a su tropa y tenerla lista para las batallas legales que se avecinan.
El Departamento de Justicia envió una carta al juez federal de Hawái que convocó a la audiencia para el miércoles, en la que presentó su defensa y adelantó el argumento central que el gobierno utilizará en los tribunales.
La decisión de restringir el acceso de ciertos tipos de extranjeros, argumentó el Departamento de Justicia en su documento, se apoya en “el ejercicio válido de la autoridad presidencial, conforme a la ley”.
Cuando se presentó públicamente el nuevo decreto, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que se trataba de una medida “vital” para la seguridad nacional, ante la existencia de amenazas que no cesan.
Sin embargo, en todo el país se alzan numerosas voces que cuestionan esa urgencia y en cambio argumentan que la medida discrimina de forma clara a musulmanes, siendo que las leyes prohíben la segregación por cuestiones religiosas.
Desde los atentados en Nueva York y Washington en septiembre de 2001, todos los ataques graves perpetrados en Estados Unidos fueron obra de estadounidenses o de personas provenientes de países que no son los seis ahora incluidos en el decreto presidencial. DA|EC