Al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) se le juntaron la pena y el dolor. Se queja que la autoridad electoral no le trata con el mismo rasero con el que se trata a otros partidos; dice que se han ensañado con ellos, como es el caso de MORENA en el que su líder, Andrés Manuel López Obrador, se ha promovido desde que le dieron su registro y no hay sanción; o que al PRD nadamás le ordenaron quitar la imagen del periodista Joaquín López Dóriga de un spot y sin sanción…
A la fecha el PVEM acumula multas hasta por 166.4 millones de pesos a causa de su estrategia de propaganda. Pero el problema de abusos propagandísticos del PVEM no es que lo sancionen, sino que nosotros, los mexicanos al grito de guerra, somos los que tendremos que pagar esas cantidades a través de las prerrogativas y apoyos que se le entregan a los partidos, en este caso al Verde que te quiero Verde, aunque se diga que esta multa se deberá pagar con ‘gasto ordinario’, lo cual no quiere decir que salga de los bolsillos de los señores dirigentes o militantes del verdoso.
[En 2015 el PVEM obtendrá por concepto de financiamiento público 420 millones de pesos, delos cuales 96 millones 970 mil pesos son para gastos de campaña 2015]
La última novedad es que el jueves 26 de marzo la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le impuso una nueva multa por 76.1 millones de pesos “por violar, a través de supuestos informes legislativos, el modelo de comunicación política establecido en la Constitución”.
Estos 76.1 millones de pesos equivalen al costo de lo erogado por los grupos parlamentarios del PVEM en la transmisión de 239 mil 301 spots que se difundieron en casi todo el país para dar a conocer supuestos informes legislativos, pero a través de los cuales el partido se posicionó con vistas a las campañas’, dijo el magistrado ponente Salvador Nava Gomar.
Según esto, el PVEM se benefició a través de mensajes contratados por terceros, cuando la Constitución establece que los partidos sólo pueden acceder a la radio y la televisión a través del tiempo que otorga el Estado.
Los spots que se difundieron, estuvieron al aire del 18 de septiembre al 9 de diciembre, en total 72 días y de ellos 44 días ya iniciado el proceso federal.
La campaña del PVEM ha sido muy eficiente aunque también muy sancionada: “Verde sí cumple”; “Cumplimos lo que prometemos”, “Vales de medicina”, “No a las cuotas obligatorias”, “Cadena perpetua a secuestradores”, “Responsabilidad ambiental”, “Circo sin animales”… Estos spots y mensajes le ha dado buenos resultados, mucho mejor que a otros partidos que siguen el viejo estilo del mensaje político, más que social… Si… pero…
¿Para qué? ¿Por qué pagar todos estos recursos para un partido que no es partido, sino una entelequia de utilidad administrativa-política? Eficientemente no ha aportado nada a la vida política y social del país, a su desarrollo, a su crecimiento, a su solidez…
Ha sido un instituto que se ha sabido vender a quien mejor corresponda; ya como rémora del Partido Acción Nacional o del Partido Revolucionario Institucional o como esquirol en la toma de decisiones legislativas para uno u otro.
(En las elecciones federales del año 2000 formó, junto con el Partido Acción Nacional (PAN), la Alianza por el Cambio, la cual resultó vencedora de los comicios y consiguió la presidencia de la República para el candidato del PAN, Vicente Fox Quesada. A partir del año 2003 ha hecho alianzas con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con el que en 2012 ganó la presidencia con Enrique Peña Nieto)
De todos modos, si hoy mismo no existiera el PVEM en la política del país no ocurriría nada. No habría un sismo político, no se afectarían los procesos electorales, la democracia que todavía se ve lejana no se acercará más a la vida del país con el Verde o sin el Verde… Ahorraríamos mucho dinero y a lo mejor hasta se crearía un Partido Verde, de a deveras.
¿A quién le conviene la existencia de este –digamos- partido? A los grandes partidos mexicanos, en particular al PRI que han configurado una relación de interés común e insana; naturalmente a los señores González, porque desde que obtuvo su primer registro el 28 de febrero de 1991, ha sido controlado por esta sola familia:
Su primer presidente fue Jorge González Torres (funcionario público y antiguo miembro del PRI), a quien fue sucedió en la presidencia del partido su hijo, Jorge Emilio González Martínez (quien se desempeñó como senador para el periodo 2000-2006 y apodado “el Niño Verde”)…
Una muestra deleznable de la crisis del sistema de partidos en México es la existencia de esta “4ª fuerza política en México”… Una fuerza política inexistente si no fuera porque le oxigenan los recursos y prerrogativas provenientes de las arcas públicas y porque los partidos con los que hace alianzas le impulsan en su propio beneficio: naturalmente no en el beneficio de los mexicanos.
Replantear esta onerosa situación, peligrosa para la democracia, es indispensable si en efecto se quiere consolidar nuestra democracia y fortalecer un auténtico sistema de partidos con partidos auténticos, de diferentes colores y sabores, pero partidos políticos que representen el interés ciudadano y sean interlocutores políticos, no empresarios de la política.
Así que, ni modo, mientras si son peras o son manzanas, tendremos que pagar la multa de 166.4 millones de pesos que en suma se le aplica al PVE de México.