Desde su nacimiento, hace siete meses, el Acelerador de Acceso a Herramientas contra la Covid-19 (ACT) ha permitido que el mundo avance rápidamente en encontrar tratamientos y herramientas para combatir la pandemia; sin embargo, esto puede cambiar, ya que la irrupción de las vacunas ha desmotivado a los países más ricos a invertir en esta iniciativa.
Un balance presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el costo de no ayudar a países con ingresos medios y bajos en la tarea de conseguir vacunas o mecanismos para combatir la pandemia, podría poner en riesgo décadas de progreso económico en el mundo y afectar las finanzas globales, por lo que invitó a las economías más grandes a invertir en este proyecto.
La relación costo-beneficio del estudio está basada en los efectos negativos que habría en las economías mundiales si los brotes de Covid-19 no se controlan incluso en los países de ingresos medianos o pequeños, especialmente, porque las cadenas de producción comienzan en estas regiones, por lo que nuevas cuarentenas podrían desencadenar un desbalance comercial.
El reporte señala que la inversión de estos países podría representarles un crecimiento económico directo en los próximos cuatro años, por lo que los beneficios para garantizar el acceso a vacunas en países con ingresos medios y bajos podría convertirse en una oportunidad para equilibrar las pérdidas reportadas durante este año.
Uno de los pilares de esta iniciativa es el COVAX, acuerdo del que México forma parte, y que no sólo está orientado en garantizar el acceso universal a las vacunas contra Covid-19, sino que también establece un mecanismo compartido de riesgo para la distribución y manufactura.
Este acuerdo permitirá la distribución de al menos 200 millones de dosis de las tres vacunas más prometedoras entre los países más pobres; además, de manera paralela, participa en el desarrollo de nueve posibles inmunizaciones nuevas, de las cuales ocho ya se encuentran en fase de ensayo clínico.
Para que este proyecto se complete, aún debe recaudar 28 mil 200 millones de dólares, de los cuales, 4 mil 300 millones son urgentes para continuar con la operación ideal y reforzar las áreas críticas, por lo que se ha hecho un llamado urgente para que las naciones vuelvan a invertir en estas condiciones.
De los diez países con las economías más grandes del mundo, Reino Unido es el que más ha aportado a la iniciativa ACT con mil 47 millones de dólares, le siguen Alemania, Canadá, Japón y Francia; en total, estos países han contribuido con 2 mil 400 millones de dólares, lo que representa 6.31% del costo integral de esta iniciativa. Vencer al virus, negociazo para los países ricos