El segundo semestre de 2022 será aún más agresivo con los bolsillos de los mexicanos, especialmente para las familias de bajos recursos, vaticina un estudio realizado por la organización Signos Vitales.
Denominado Impacto de la guerra en Ucrania, el documento califica como “altamente probable” que el aumento de los precios generado por el encarecimiento de los fertilizantes y el incremento en los costos al productor, se disperse en los alimentos en general, sobre todo en la segunda mitad del año.
“Tales condiciones pueden llevar a la inflación en alimentos hasta en 15% hacia finales del año”, es decir, el doble de lo reportado al cierre de 2021, sostiene el estudio de Signos Vitales, organización ligada a grupos de la sociedad civil, universidades y centros de investigación.
“Las familias, sobre todo las de menores ingresos, resentirán los estragos de la guerra en los precios de los alimentos, como tortilla, pan, azúcar, aceite y productos empaquetados”, alerta el informe.
“La crisis de precios puede desembocar en otra, la de alimentos, e inminentemente incrementará los niveles de pobreza. El sector agroalimentario verá sus momentos más difíciles, pues le ha caído una bomba”, agrega el reporte, que hace un desglose sobre los insumos (amoniaco, fertilizantes, maíz, trigo, soya, aceite de girasol, gas natural, etc) que necesita México y que provienen directa o indirectamente de Rusia y Ucrania.
El análisis estima que el costo de la guerra para México puede llegar hasta los 2.5 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), sin considerar los costos ambientales que generará la contracción en insumos críticos.
Respecto a los subsidios gubernamentales para contener el aumento en el precio de gasolinas y electricidad, el reporte advierte la medida tendrá como resultado que el déficit del sector público al final del año sea mayor al presupuestado, una cifra que oscila entre 180 y 270 mil millones de pesos.