El Papa Francisco celebrará el sábado un consistorio inédito de investidura de 13 nuevos cardenales, en la que algunos prelados recibirán el título cardenalicio a través de una plataforma en línea debido a la pandemia y los presentes disfrutarán de una ceremonia sobria con pocos invitados en el Vaticano.
Al menos dos de los 13 nuevos cardenales, de los cuales nueve tendrán derecho a voto en un eventual cónclave, recibirán la birreta y el anillo cardenalicio en su país, de las manos de un representante del papa, en una ceremonia que se llevará a cabo simultáneamente gracias a internet.
Es una situación extraordinaria debido a la pandemia de coronavirus, que impidió a varios de los nuevos purpurados viajar al Vaticano para participar en la imponente ceremonia.
“Podrán unirse a la celebración desde su propia sede, a través de una plataforma digital que permitirá su conexión con la basílica vaticana”, informó el Vaticano.
Además, las llamadas “visitas de cortesía” para felicitar a los nuevos cardenales en el palacio apostólico, los abrazos entre purpurados y sobre todo la emblemática imposición de la birreta cardenalicia por parte del pontífice, han sido anuladas debido a la pandemia.
Se trata de medidas de seguridad más que necesarias debido a que la mayoría de los nuevos cardenales supera los 70 años, edad de riesgo de contagio, según los médicos.
A la ceremonia podrán asistir unas 100 personas y al día siguiente los nuevos cardenales concelebrarán una misa.
Chile y México
Los 13 nuevos purpurados son seis italianos, un mexicano, maltés, un español, un estadounidense, un filipino, un ruandés y uno de Brunei.
En la lista destacan el arzobispo de Santiago de Chile, el español radicado en ese país, Celestino Aós, y el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas (México), el mexicano Felipe Arizmedi Esquivel.
Estos dos nuevos purpurados asistirán a la ceremonia en el Vaticano, para lo cual viajaron a Italia y tuvieron que cumplir una cuarentena de 10 días y someterse a pruebas de diagnóstico del covid.
El Papa latinoamericano, que suele dar mucha atención a su región, quiso reconocer al arzobispo de Santiago de Chile, encargado de la delicada tarea de renovar la iglesia de ese país tras la renuncia en 2018 de los 34 obispos de Chile por los escándalos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y el encubrimiento de este tipo de delitos por parte del clero.
Por su parte, el obispo mexicano, de 80 años, que por edad no podrá participar en el futuro cónclave, ha sido designado “príncipe de la Iglesia” por su labor en la región de Chiapas, la más pobre de México.
“Termina nuestra cuarentena el viernes 27 a las 12 horas (...) En ese momento, nos harán otra prueba de Covid, que esperamos sea negativa, pues estamos muy encerrados”, escribió Arizmendi en la página de
Religión
Digital.
“Después de eso, ya podremos salir de nuestra habitación y de la casa. Aprovecharé solo para ir a pagar la nueva sotana”, confesó.
Cardenales “fuera de lo común”
El sábado, el papa también nombrará cardenal al arzobispo de Washington, Wilton Gregory, que se convertirá así en el primer purpurado negro de Estados Unidos. El religioso es conocido por sus posiciones progresistas a favor de los homosexuales.
Entre los nuevos cardenales figuran también el arzobispo de Kigali, en Ruanda, Antoine Kambnada, representante de uno de los países más azotados por las guerras y el hambre, así como monseñor Cornelius Sim, el primer purpurado de la historia de la pequeña nación de Brunéi.
“Ha escogido personalidades fuera del común”, comentó el vaticanista Iacopo Scaramuzzi.
“El pontífice está equilibrando el colegio cardenalicio con nuevos criterios, independientemente de los grupos de poder internos, y según la población católica”, explicó recientemente Scaramuzzi en un programa radial.
Entre los nombramientos más emblemáticos figuran también los de dos simples religiosos italianos: el romano Augusto Paolo Lojudice, “Don Paolo”, actual arzobispo de Siena y conocido por su defensa de los gitanos de la capital, y el sacerdote franciscano Mauro Gambetti, guardián del Santo Convento de Asís, la ciudad de San Francisco, el santo de los pobres.
Así, el Colegio Cardenalicio quedará compuesto por 229 purpurados, de los cuales 128 serán electores en un futuro cónclave y 101 son mayores de 80 años. El papa argentino ha “creado”, según el término religioso, 95 cardenales en casi 8 años de pontificado.
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