No todo es culpa del diablo

2 de Febrero de 2025

Oscar Moha
Oscar Moha

No todo es culpa del diablo

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La tradición judeo cristiana personifica a Satanás o Demonio como el adversario número uno de Dios por excelencia. De hecho, su nombre proviene del hebreo y significa enemigo. Y así como muchos que se dicen “hijos de Dios” o Ministros de Culto han usado el nombre de la divinidad para cometer una serie de ilícitos, han usado además como pretexto la intervención del maligno a quien finalmente le imputan acciones que han nacido de la mente y corazón de quienes las cometen, sin más intervención espiritual que sus mismas pasiones y objetivos terrenales.

Algunos biblistas, profesionales de la salud religiosos y teólogos hablan de tres niveles en que los demonios trabajan para afectar la vida de los humanos: obsesión, opresión y posesión. La primera es meramente mental y con ejercicios espirituales como la oración y la lectura de textos religiosos el mal se aleja. En cuanto a la opresión es ya un trato directo con algún demonio que pretenderá la sujeción del individuo hasta llegar al tramo final que es la posesión donde de manera personal y voluntaria el humano acepta ser obediente al demonio.

Para liberar a una persona del cautiverio de Lucifer, la Iglesia Católica tiene todo un manual llamado “exorcismo” (del griego, significa echar fuera mediante conjuros) y sólo puede ejecutarlo un sacerdote con la anuencia de un obispo. De hecho cuentan con una

Asociación

Internacional de Exorcistas,

con aproximadamente 250 afiliados en 30 países. Para los cristianos evangélicos el tema es menos burocrático y casi cualquier fiel que tenga nociones bíblicas puede echar fuera demonios. En estas Iglesias la fanfarronería abunda pues hay quienes dicen haber bajado al mismísimo infierno para “arrebatar” a Satán el alma de los poseídos.

Para los profesionales de la salud mental estar “poseído” tiene otra connotación más apegada a las investigaciones que se hacen en el área científica. Explican estas afecciones mentales como “trastornos disociativos o de personalidad múltiple” que experimentan hombres y mujeres cuando la histeria, ansiedad, estrés, bipolaridad, rebasan el umbral que pueden soportar, dependiendo de su estado físico, complexión, alimentación y en especial del trance emocional que enfrentan y su resilencia.

Para cometer abusos y delitos, Ministros de Culto, líderes y fieles se han escudado en estar “bajo el influjo del diablo” que los obligó a violar, matar, mentir, robar, agredir, y creen encontrar en la justicia penal algún artículo que los libre del castigo que merecen por sus desvíos espirituales.

Tal es el caso del pastor Esaúl L.H. quien en abril pasado fue detenido en el municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, por haber abusado sexualmente de un menor; también está el presbítero Jacob M.Z. detenido en Ecatepec, Estado de México, acusado por 11 niñas y adolescentes de una casa hogar a quienes hizo tocamientos en sus genitales; y los pastores Karina Álvarez y Javier Torres que organizaron un par de cooperativas desde donde defraudaron a más de dos mil personas en Perú. Todos ellos con el común denominador: “el diablo me obligó”.

Ministros de Culto que también cuentan con una profesión ligada a la salud médica como Alma Rosa Altamirano, quien atiende una congregación evangélica, recomiendan antes de someterse a un exorcismo, los afectados deben ser valorados por un psicólogo o psiquiatra para descartar alguna de 400 afectaciones mentales que la Organización Mundial de la Salud tiene registradas… de otra manera será necesario asumir su responsabilidad su civil, penal o moral cuando la autoridad terrenal los requiera.

PALABRA DE HONOR: van ejecutados 34 comunicadores en esta 4T... todavía no termina. No quiere decir que el actual gobierno se dedique a “eliminar” periodistas, pero no existe garantía de que el Estado tutele el libre ejercer de la libertad de expresión.

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