Hoy se celebra el natalicio de uno de los liberales mexicanos más famosos de la historia que ha querido ser emulado en esta 4T… con poco éxito. Las frases de Benito Juárez García son muy repetidas en las mañaneras y discursos del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero en la praxis, el espíritu del Benemérito está tan distante como la percepción de que vivimos en un país fundamentado en la legalidad.
Una de las expresiones juaristas favoritas de López Obrador es “nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”, sin embargo, la militarización del país avanza no sólo para salvaguardar el orden y la paz, sino para el control ahora de la aviación, las aduanas y la construcción del Tren Maya, en tanto que el Poder Judicial, la Suprema Corte y los dirigentes del Instituto Nacional Electoral son catalogados como “corruptos, neoliberales y conservadores”.
En lo que va del sexenio, el presupuesto para las Fuerzas Armadas aumentó más del 50 % con respecto al mandato de Enrique Peña Nieto, mientras que el proyecto de fondos gubernamentales destinado a la educación en el 2023 aumentó 6.5 %, respecto al año pasado. La fuerza del Estado sobrepasa, al menos en presupuesto de manera irracional, a la educación.
Todo indica que el sistema de espionaje del Ejército Mexicano (Pegasus) sigue activo para conocer la vida privada de activistas, periodistas y contrarios al régimen. Es decir, la fuerza de la costumbre prevalece sobre la razón tabasqueña: o los altos mandos militares están engañando (ocultando) al Ejecutivo la intromisión militar ordenada desde los más altos puestos de gobierno, o el Presidente está deliberadamente solapando las actividades espías que la milicia acostumbra desde los años 60.
“La emisión de las ideas por la prensa debe ser tan libre como es libre en el hombre la facultad de pensar”, dijo Juárez García el 7 de julio de 1859 ante los embates de los periódicos clericales, derechistas y ultra conservadores, pero lejos estuvo de consagrar el día de “quién es quién en las mentiras”. Ni utilizó su investidura y los recursos del erario para el linchamiento mediático de periodistas y opinadoras que no concuerdan con sus actos de gobierno.
El intervencionismo también es parte del carácter y gobierno de López Obrador: “entre las naciones como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Esta frase se encuentra labrada en mármol en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York. La pieza fue un regalo del Estado mexicano que hizo en 1972 a ese organismo. En la actualidad, AMLO lo mismo califica a los republicanos de EU como “mequetrefes, intervencionistas y prepotentes” que de “borregos y reaccionarios” a los parlamentarios europeos.
Finalmente, “el amor a Dios y al prójimo, no las hipócritas simulaciones de prácticas sin verdad ni sentimientos, volverán la paz a la República”, afirmó el prócer oaxaqueño. Ahí queda su frase, en un país donde no hace falta que se tipifiquen como “terroristas” los actos que horrorizan a millones de mexicanos.
PALABRA DE HONOR: Muy nefastas las agresiones premeditadas en contra del canciller Marcelo Ebrard: al salir de una reunión con embajadores le aventaron un vaso con nieve el fin de semana anterior. El 18 de mayo del año pasado, un hombre le gritó “eres un neoliberal… no tienes convicciones”, mientras hablaba con reporteros afuera del palacio.
Luego, el 27 de noviembre, una persona escupió en el rostro al secretario de Relaciones Exteriores mientras caminaba rumbo al Zócalo para el festejo del cuarto año de gobierno de AMLO. Fuego amigo.
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