Los privilegios de asumirse “cristiano”

8 de Noviembre de 2024

Oscar Moha
Oscar Moha

Los privilegios de asumirse “cristiano”

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Uno de los argumentos de los que echa mano un delincuente frente a los jueces en Estados Unidos para atenuar su condena es haber “entregado su vida a Cristo” y tener como libro de cabecera “La Biblia”. El sistema penitenciario en esa nación cree firmemente que existe una rehabilitación genuina cuando los presos se integran a una comunidad evangélica al interior de las cárceles, lo que contó como “argumento sólido” para que Edgar Valdez Villarreal, alias La Barbie, pudiera tener “privilegios” como “testigo protegido”.

Acusado de tráfico de drogas y lavado de dinero, La Barbie fue detenido el 30 de agosto de 2010 y extraditado en septiembre de 2015 a EU donde fue condenado a 49 años de cárcel, pero el Buró Federal de Prisioneros (BOP, por sus siglas en inglés) ya no lo tienen en sus registros, aunque todavía es un “testigo protegido”.

En la mayoría de las cárceles, incluso en las de máxima seguridad, en la Unión Americana los pastores, sacerdotes o rabinos (capellanes) tienen permisos especiales para ingresar y platicar con los internos, aun cuando estos no soliciten el “auxilio espiritual”. Es casi obligatorio que los reos y las reclusas se integren a los programas religiosos, o por lo menos decidan hablar con un Ministro de Culto.

Según el Centro de Investigaciones Pew que realiza encuestas de vida pública y religión, para el 73% de los capellanes la consejería resulta altamente efectiva en la rehabilitación de los internos, y por ende los impartidores de justicia toman muy en cuenta las actitudes espirituales de los infractores para poder dictarles una sentencia o medida cautelar.

Es por ello que Edgar Valdez, según su propia confesión, señaló en un escrito: “entregué mi vida al Todopoderoso… acepté a Jesucristo como mi salvador y Dios cambió mi vida porque estaba cegado”. Se supone que La Barbie encontró un juez que tiene en alta estima la vida espiritual de los internos, por lo que los defensores del narcotraficante ponderaron estas frases para obtener canonjías para su cliente.

Es digno de recordar al llamado enemigo público número uno, Alfredo Ríos Galeana, detenido varias ocasiones en la década de los 80´s en esta capital y en el estado de México por asaltar bancos y acusado de asesinato, quien finalmente huyó a Estados Unidos, donde se convirtió en pastor de una congregación cristiana. Falleció hace tres años con todos los auxilios de familiares y amigos que lo recuerdan como un “buen hermano en la fe”.

En México, los impartidores de justicia no le dan relevancia a los cambios de actitud que pudieran experimentar procesados y sentenciados derivados de una vida religiosa. Muchas Iglesias cuentan con una pastoral penitenciaria, pero que en el terreno de la readaptación ha dejado mucho qué desear. Se tienen registros elementales para medir este impacto. Por ejemplo: de cada 10 internos que participan regularmente en las reuniones evangélicas al interior de los penales, sólo el 1% es reincidente.

No sería raro que en recientes fechas los abogados del también narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, extraditado a EU, cuya madre es fiel congregante de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, argumentaran que El Chapo “conoció desde niño las Sagradas Escrituras y que ahora ya es cristiano”, para recibir tratos preferenciales. Aparte de mencionar nombres y datos de los funcionarios que le brindaron protección en México para su nombre ya no figure en el BOP, como el de La Barbie.

PALABRA DE HONOR: Se reunió la secretaria de Seguridad Nacional, Rosa Isela Rodríguez, con un mini grupo de pastores evangélicos. Las congregaciones cristianas han sufrido los embates de la delincuencia y el narco a nivel nacional. Pero de eso no se habló.