Como todos los años, Estados Unidos dio a conocer su “Reporte Internacional Sobre Libertad del Culto en el Mundo”. Nuestro país no queda excluido en esta relatoría donde naciones como Cuba, Afganistán, China, Corea del Norte, Rusia, y otros de Asia y África no proporcionan datos oficiales que garanticen la libertad para ejercer una religión, o hacer propaganda de otra que no sea la mayoritaria en esas latitudes.
Estados Unidos se ha preocupado por este tema que implica una garantía para hombres, mujeres y niños, como lo consagra el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada por México. Sólo existe otro informe similar que elabora cada dos años la organización católica “Ayuda a la Iglesia Necesitada” (ACN, por sus siglas en inglés) que en su relatoría del 2021 indica que el 67% de la población mundial vive en países donde se producen graves violaciones a la libertad religiosa.
En años anteriores, la embajada de EU en nuestro país recopiló datos de organizaciones no gubernamentales, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, de medios informativos y de oficinas del gobierno en turno para dar a conocer los casos donde se violentaron los derechos de mexicanos por motivos de culto. Instancias como el Centro Católico Multimedia y la Asociación Civil “Libertad y Dignidad” dieron cuenta de las agresiones en contra de Ministros de Culto en distintos Estados por profesar una creencia, o bien por el activismo sociopolítico que llevan a cabo sacerdotes en Baja California, Guerrero, Jalisco, Estado de México, entre otros.
Una vez llegado al poder el Presidente Andrés Manuel López Obrador invitó, en un gesto más político que religioso, a un pastor al Palacio de Gobierno para que públicamente evidenciaran que los privilegios para la jerarquía católica habían concluido (o serían distintos), al menos de manera institucional, como se hizo en los sexenios anteriores, lo que minimizó además el número de agresiones en contra de cristianos evangélicos en Chiapas, Oaxaca, Morelos y Quintana Roo, que se ve reflejado en este último informe del departamento de Estado Norteamericano.
Dice el reporte que la oficina de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación “sólo ha investigado 4 casos relacionados con la libertad religiosa en el ámbito federal, en comparación de los 7 que hubo el año pasado… que afectaban a minorías religiosas”. También señala que funcionarios del gobierno y clérigos dicen que los homicidios y ataques en contra de sacerdotes y pastores son el reflejo de “los altos niveles de violencia generalizada en todo el país y no ataques basados en la religión”.
Las expulsiones y agresiones en contra de evangélicos indígenas han ido a la baja, según Estados Unidos. Dan cuenta de dos casos, uno en Chiapas en contra de evangélicos y el otro de Testigos de Jehová en Jalisco, tomando como fuente medios informativos y si dar detalles. El primero se refiere a las agresiones que han sufrido tzotziles en el Municipio de San Cristóbal de las Casas: fueron expulsados de su comunidad y destruidas sus viviendas desde el año pasado y en enero otras 5 familias también sufrieron agresiones por no profesar la religión mayoritaria en la comunidad de Mitzitón de esa alcaldía.
Por este hecho, los indígenas se plantaron en el Zócalo de la CDMX exigiendo ser escuchados por el Presidente de la República, quien no los recibió. La pandemia es otro de los factores que han matizado los casos de intolerancia religiosa en el país. Y aún quedan si resolver aquellos en que se denunciaron los hechos en años anteriores y nunca fue reparado el daño como en Hidalgo, Guerrero y Oaxaca donde fueron expulsados de sus comunidades y amenazados varios cristianos, sin que hasta la fecha hayan podido regresar a sus hogares ni recuperar sus bienes.
Otro de los aspectos que resalta el Informe es la disparidad de cifras que aportan los números censales en el ámbito religioso. Cita como ejemplo que, según el INEGI, alrededor de 350 mil personas se identifican como mormones, en tanto que funcionarios de esa Asociación Religiosa indican que son más de millón y medio en sus filas. Y lo mismo pasa con grupos adventistas y evangélicos en Chiapas y Tabasco, donde las estadísticas oficiales minimizan lo expresado por los mismos líderes religiosos de esa región, quienes aseguran ser mayoría en municipios mayas. Hace énfasis además en que el número de católicos va a la baja, mientras que el de no creyentes, o que no asisten a alguna Iglesia está aumentando en México.
Falta, en este documento el análisis sobre las reformas que proponen grupos evangélicos a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, y a su Reglamento, con el fin de actualizar lo que hoy es una “separación” entre las Iglesias y el Estado y que debe ser una “relación” entre ambas entidades, respetando siempre la sana distancia para que las Iglesias no caigan en la tentación de pretender una agenda moral para los mexicanos.
PALABRA DE HONOR: El Sector Salud acaba de autorizar la vacuna contra el COVID 19 de la marca Johnson & Johnson. En breve, se hará la compra masiva para aumentar el número de dosis en el país. Sea para bien…