Desde noviembre del año pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación analiza el caso presentado por Miguel Fernando Anguas Rosado, quien interpuso un amparo en contra de las autoridades del municipio de Chocholá, Yucatán, para que evitaran poner nacimientos navideños, con cargo al erario, en espacios públicos, lo que derivó en un mal entendido.
Se piensa que con esta decisión la Corte prohibiría todo tipo de manifestación extramuros de la fe: peregrinaciones, adornos caseros, eliminación de fiestas patronales, quitar los altares a La Virgen que no estén en los templos, suprimir las representaciones de Semana Santa… Y así el radicalismo también ya hizo su parte: amenazaron de muerte a Anguas Rosado, por lo que se desistió de la demanda.
El discurso de la diputada Margarita Zavala Gómez del Campo en este asunto no abona al diálogo, sino al linchamiento religioso. Ella dice en una colaboración periodística que si la Suprema Corte decidiera prohibir la instalación de nacimientos -con cargo al erario- “se trastocarían la identidad, la historia, la cultura y las tradiciones en México”.
Y es que cuando su esposo fue Presidente de la República, la Iglesia Católica se vio muy favorecida por el segundo gobierno panista que México padeció.
Felipe Calderón Hinojosa recibió de los obispos un “total respaldo” a su lucha contra el narcotráfico en noviembre del 2010, cuando de manera oficial dio inicio el aumento de la violencia, ejecuciones y desapariciones en la República Mexicana. Desde que era candidato, el panista asistió religiosamente a las asambleas que organizaba la Conferencia del Episcopado donde se comprometió una y otra vez a promocionar la agenda ProVida que siempre han defendido. Por cierto, el Frente Nacional por la Familia, y sus apéndices, son quienes lanzan las amenazas en contra del promovente.
Pero además, el clero fue beneficiado desde el gobierno. Una de las obras más costosas, aunque no la única, fue la inauguración de la Plaza Mariana (La Villa de Guadalupe), el extenso predio que le fue cedido a la Iglesia Católica en octubre de 2011. Calderón dijo textual: “la Basílica es un factor de integración social, de afianzamiento de la identidad nacional y de unidad… que simboliza la pluralidad cultural y las tradiciones más nobles que tenemos…”. Es decir, todos los mexicanos seríamos guadalupanos, por decisión calderonista. El mismo discurso de la diputada Zavala, quien cree que todos debemos diezmar en las iglesias católicas.
Ah, también reconoció en ese discurso que su esposa (Margarita) era una asidua visitante, desde hacía 30 años, los días 12 de diciembre a la Basílica.
El ministro de la SCJN, Juan Luis González Alcántara Carrancá, ha dicho sobre este particular que “la neutralidad del Estado laico implica que no se debe favorecer (destinando recursos municipales, estatales o federales) a ninguna religión sobre otra (como se había acostumbrado)”, por lo que es necesario que prevalezca el principio de igualdad. Su postura puede quedar en palabras luego del desistimiento de amparo. ¡Lástima!
PALABRA DE HONOR: Luisa María Alcalde Luján sustituye en el cargo al titular de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. Cumple la regla: 90% de honestidad (lealtad) y 10% de experiencia (capacidad).