Según la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI), realizada por el INEGI y el INE, casi el 20% de los mexicanos expresaron no tener “nada de confianza en sacerdotes, pastores o ministros religiosos”. A dos años de que fuera publicada esta investigación, la desconfianza sigue aumentado por factores que van desde la corrupción hasta la negación de derechos que las mismas Asociaciones Religiosas y los líderes tienen para con sus files.
La ENCUCI daba a conocer que más del 67% de los 25 mil 113 entrevistados dijeron que en nuestro país existe libertad de culto y consideraron (más del 50%) que las creencias religiosas son uno de los principales motivos de discriminación en México.
Es decir, disminuyen los casos de intolerancia y discriminación religiosa, y al mismo tiempo aumentan los reclamos que los creyentes hacen a sus líderes para ejercer a plenitud sus derechos, pero han sido los dirigentes quienes han preferido perder credibilidad al no incluir en su doctrina aquellas prácticas que la sociedad en su conjunto sigue ganando como la permisibilidad de que parejas del mismo sexo se casen, que los homosexuales no sean estigmatizados y que no se juzgue a quienes voluntariamente abortan.
Un 23% consideraron que la corrupción ha aumentado. Y este fenómeno no es exclusivo de las instituciones gubernamentales, sino que ha llegado a las Iglesias y a sus Ministros de Culto, como lo explican funcionarios de la Unidad de Inteligencia Financiera y del Sistema de Administración Tributaria: “por eso hemos implementado candados hacendarios, porque tenemos ya algunos casos en México donde las finanzas religiosas no han sido tan sanas”, dicen.
Investigadores del Colegio de la Frontera Norte, como Araceli Alvarado Almaraz, y antropólogos de la religión de la UNAM, como Natalia Rojas Valles coinciden en que todas confesiones de fe “están pasando por una crisis de credibilidad multifactorial que tiene qué ver tanto con los avances de la ciencia, la educación como con el ejercicio cada vez más consciente de sus derechos, sin olvidar la denuncia de casos de abuso sexual en contra de menores y de mujeres solas”.
“Mucho han influido en la cultura mexicana las tradiciones, pero esa presión moral se va rompiendo todos los días y hoy, principalmente las mujeres, están haciendo la diferencia entre creer lo que les dicen dentro del templo y discernir aquello que les impide vivir una vida en abundancia… están optando por la libertad de creer lo que ellas tienen como vivencia y no lo que les impone una doctrina”, dice la investigadora de la Máxima Casa de Estudios.
Esta disminución de fe, o separación entre lo terrenal y lo divino, es un fenómeno global: según la recién publicada encuesta de la Fundación BBVA en Alemania, Reino Unido, Francia y España sus ciudadanos (fueron encuestados mil 500 en cada país) dicen confiar más en la ciencia que en sus creencias “como un motor del progreso material, el bienestar y la mejoría de la salud”.
PALABRA DE HONOR: ¿Qué pasará cuando la Guardia Nacional regrese a sus cuarteles y deje las estaciones del Metro? ¿Empezarán los verdaderos actos de sabotaje? Son preguntas.