En el país donde nació el Papa Francisco la semana pasada el Congreso aprobó por unanimidad -sólo 25 abstenciones- que los 31 de octubre se conmemore el
Día Nacional de las Iglesias Evangélicas, donde menos del 20% de sus casi 46 millones de habitantes profesan la fe cristiana, mientras que la Iglesia mayoritaria pierde todos los días parte de su militancia por razones multifactoriales.
La propuesta argentina se había considerado desde 2019, cuando quisieron imitar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, quien determinó que el 15 de enero sería festejado en ese país el
Día Nacional de las Pastoras y Pastores Evangélicos
a propuesta de un grupo creado ex profeso por Maduro que se denomina “Movimiento Cristiano Evangélico por Venezuela” (MOCEV) y que juega el papel que en México quiso desempeñar el extinto Partido Encuentro Solidario (PES) con Morena aplaudiendo las decisiones y aseveraciones de Andrés Manuel López Obrador, a cambio de curules y cargos en el erario.
También en Chile se conmemora el
Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes
el 31 de octubre (desde 2008), fecha cuando el monje agustino -Martín Lutero- dio a conocer sus 95 tesis doctrinales, confrontando al clero católico en 1517. Escogieron los argentinos también esta fecha para “reconocer el papel cultural, social, familiar y educativo que han jugado los cristianos desde hace más de un siglo”.
Hasta el momento, sólo Chile, Venezuela y Argentina (en América Latina) han decidido oficialmente reconocer a estas Iglesias: unos por presiones religiosas, otros por amafiamiento político y en la tierra que vio nacer a Jorge Mario Bergoglio quizá por alentar la campaña del ultraderechista Javier Gerardo Milei, quien capta votos ProVida en el nicho evangélico, una especie de Eduardo Verástegui Córdova mexicano.
Aquí, todavía dista para que el oficialismo decida reconocer la presencia, cada vez más numerosa, de congregaciones fuera del catolicismo que tiene preocupado al clero desde hace varios años en entidades como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Tabasco, Veracruz, Campeche, Hidalgo, Estado de México, Puebla, Quintana Roo, Sonora y Tlaxcala, entidades donde por cierto gobierna Morena.
Iglesia Cristianas, primordialmente de corte pentecostal y carismático, manifiestan un voto duro en contra del actual gobierno por su proclividad, según integrantes y dirigentes eclesiales, a lo que llaman “la cultura de la muerte” que se “institucionalizó” a la llegada del Presidente López Obrador y que al parecer se continuará con la llegada inminente de Claudia Sheinbaum Pardo, por lo que ella está dispuesta a reconocer a esa parte del segmento evangélico, o por lo menos ya ha estrechado la mano del ex dirigente del PES, Hugo Eric Flores Cervantes, en varios actos y éste se ha autodefinido como
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entre los amigos evangélicos que le quedan y la ex jefa de gobierno de la CDMX.
PALABRA DE HONOR: Y hablando de Hugo, ahora busca por encargo conseguir un millón de firmas para convertirse en
candidato presidencial independiente. El eterno líder de lo que fue el Partido Encuentro Social (Solidario, al final), no puede por sí solo juntar ni un 50% de esa cantidad pues tuvo conflicto hasta con su familia… y la pérdida de confianza también cuenta. Sin embargo, con recursos no propios puede llegar a vender el padrón que consiga para ofrecerlo al mejor postor. Es su especialidad.