La Iglesia Católica se pronunció de manera ambigua sobre la revocación de mandato. En un comunicado, le endosa la factura a Dios, quien deberá decidir por cada católico si decide avalar que el Presidente de la República concluya su mandato, o deje Palacio Nacional en este nuevo ejercicio ciudadano.
Contrario a otras elecciones donde la jerarquía, y la mayoría de ministros de Culto, han instado a los mexicanos a votar, hoy los obispos se lavan las manos y dejan todo en manos de Dios en una clara alusión a que no están de acuerdo con la asistencia a las casillas, pues su postura desde el inicio del sexenio ha sido poco solidaria con Andrés Manuel López Obrador.
El pasado 15 de marzo, reconocieron en un comunicado el derecho-deber para “la designación de los gobernantes (que) ha de dejarse a la libre voluntad de los ciudadanos”, por lo que los obispos invitan a sus fieles a “discernir en ambiente de oración, delante de Dios, para que cada uno decida si ha de participar o no… buscando todos lo que más le conviene a México”.
Y en párrafo aparte respalda el actuar del Instituto Federal Electoral como árbitro responsable de cada proceso electivo, “lo cual ha sido un gran logro y ejemplo de democracia reconocido por muchas naciones”, confirman.
Es sabido que, a lo largo de los últimos 3 años de gobierno, el Ejecutivo ha criticado al INE por su “imparcialidad” en determinaciones que no han favorecido a candidatos del partido Morena, al que pertenece López Obrador.
Los evangélicos (el segundo grupo religioso en México más numeroso, después de los católicos) no tienen postura, o por lo menos no la han dado a conocer de manera institucional: en primera porque son miles de congregaciones y todas autónomas. No dependen de un líder. Cada pastor, obispo, profeta, se manejan de manera independiente. Los hay desde aquellos que prefieren no meterse en temas políticos, hasta quienes constituyen el voto duro a favor de todo lo que haga, diga y piense AMLO.
Aunque también están los que ven en esta revocación un afán protagónico del Ejecutivo, sin más énfasis democrático que el de acrecentar electoreramente su ego.
Sólo el líder de un grupo de Iglesias en Veracruz dijo que es una buena oportunidad para que los mexicanos decidan que continúe el Presidente o lo mandan a su casa… “lo más importante es que la gente salga a emitir su opinión y no se quede viendo el futbol”, consideró.
A pesar de que desde varias oficinas de legisladores, munícipes, gobernadores y funcionarios de la 4T se ha instado a los pastores para que inviten a sus seguidores a acudir a las urnas el próximo 10 de abril pocos han sido los que informan a sus comunidades de esta convocatoria. Los más, han dejado pasar el exhorto y como el día señalado es domingo, han dado más importancia a la asistencia a sus cultos pues todo el país se encuentra en semáforo verde y gradualmente comienzan a reunirse.
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ha hecho uso de su cercanía con los evangélicos para animarlos a participar, sobre todo con la Iglesia Nacional Presbiteriana, donde se formó desde temprana edad en el colegio “Coronel Gregorio Méndez”. Ahí aprendió cultura cristiana elemental y algunos versículos bíblicos que repite de vez en cuando en actos privados y oficiales. Conoce el potencial de las Iglesias, pero se ha visto prudente y respetuoso de la laicidad en el país, por el momento.
PALABRA DE HONOR: Con premeditación, alevosía y ventaja, durante la inauguración del Aeropuerto Felipe Ángeles ciudadanos personificaron a periodistas que han sido criticados, agredidos y estigmatizados desde las mañaneras. Pequeños actos que minan la libertad de expresión en un país donde asesinan a comunicadores con impunidad.
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