Cuatro reportes distintos de experimentos hechos con animales parecen indicar que las vacunas de refuerzo diseñadas especialmente contra Ómicron, la variante de preocupación del SARS-CoV-2 que más evade la inmunidad previa, no son mejores que las ya existentes.
Por otra parte, de acuerdo con la agencia Reuters, el lanzamiento de la vacuna de ARN mensajero contra Ómicron de la biotecnológica BioNTech y la farmacéutica Pfizer, que se planeaba saliera a finales de marzo, se ha retrasado varias semanas por dificultades en la recabación de los datos.
Los experimentos con animales, que recopiló la revista Nature, pero cuyos reportes preliminares fueron publicados en el portal medRxiv, aún no ha sido revisados por pares, se hicieron con pocos animales, con vacunas que no necesariamente son las mismas que Pfizer-BioNTech y Moderna probando en seres humanos y tienen metodologías distintas; pero al ser cuatro que arrojan resultados similares parecen reforzar sus conclusiones.
De hecho, la propia revista Nature publicó a finales de enero de este año un artículo en el que, de acuerdo con diversos expertos, las vacunas adaptadas contra Ómicron no serían necesarias pues la variante ya no sería la dominante cuando estuvieran listas.
Tras admitir el retraso, Uhur Sahin, director ejecutivo de BioNTech, comentó que cuando tengan lista la vacuna evaluarán si aún es conveniente producirlas y agregó que aunque las olas de contagios van a la baja, podrían volver a subir.
Los investigadores consultados por Nature y Sahin coinciden en que, incluso si no funcionan o no son necesarias, probar estas vacunas aporta información importante.
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