Vacuna de la Covid-19, desde una idea remota

28 de Noviembre de 2024

Vacuna de la Covid-19, desde una idea remota

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La científica Katalin 
Kariko allanó el camino con sus investigaciones para tener los antígenos contra el coronavirus que ahora desarrollan Pfizer/BioNTech y Moderna

La obsesión de la científica de origen húngaro Katalin Kariko por investigar una sustancia llamada ARNm para combatir las enfermedades le costó una vez un puesto en la facultad de una prestigiosa universidad estadounidense, que descartó la idea como un callejón sin salida.

Ahora, su trabajo pionero, que allanó el camino para las vacunas contra el Covid-19 de los laboratorios Pfizer/BioNTech y Moderna, podría ser lo que salve al mundo de una pandemia de 100 años.

“Esto es simplemente increíble”, declaró a la agencia AFP, pues este contexto demuestra por qué “es importante que la ciencia deba apoyarse en muchos niveles”.

Kariko, de 65 años, pasó gran parte de la década de 1990 escribiendo solicitudes de subvención para financiar sus investigaciones sobre el “ácido ribonucleico mensajero”, moléculas genéticas que le dicen a las células qué proteínas producir, esenciales para mantener nuestros cuerpos vivos y saludables.

Dentro del cuerpo, el ARNm entrega a las células las instrucciones almacenadas en el ADN, las moléculas que transportan todo nuestro código genético.

A fines de la década de 1980, gran parte de la comunidad científica se centró en el uso de ADN para administrar terapia génica, pero Kariko creía que el ARNm también era prometedor, ya que la mayoría de las enfermedades no son hereditarias y no necesitan soluciones que alteren permanentemente nuestra genética.

Sin embargo, primero tuvo que superar un problema importante: en experimentos con animales, el ARNm sintético causaba una respuesta inflamatoria masiva cuando el sistema inmunológico detectaba un elemento invasor y se apresuraba a combatirlo.

El ARNm se degrada rápidamente y las instrucciones que le da al cuerpo no son permanentes, lo que hace que la tecnología sea una plataforma ideal para una variedad de aplicaciones, dijo Kariko.

Estos podrían ir desde nuevas vacunas contra la gripe, más rápidas de desarrollar y más efectivas que la generación actual, hasta nuevos tratamientos para otras enfermedades.

Por ejemplo, AstraZeneca está trabajando actualmente en un tratamiento de ARNm para pacientes con insuficiencia cardíaca, que proporciona proteínas de señalización que estimulan la producción de nuevos vasos sanguíneos.

Hoy no es difícil imaginar que el comité del Premio Nobel recompense a Kariko y a sus colegas investigadores del ARNm.

Y así recuerda parte de las conversaciones telefónicas con su madre: “’Nunca en mi vida recibo subvenciones (federales), no soy nadie, ni siquiera una facultad’”, se reía Kariko. A lo que su madre respondía: “¡Pero trabajas tan duro!”

Dentro del cuerpo, el ARNm entrega a las células las instrucciones almacenadas en el ADN, las moléculas que transportan todo nuestro código genético.