“Usted prefiere las alabanzas”, una mañanera antidemocrática

26 de Noviembre de 2024

“Usted prefiere las alabanzas”, una mañanera antidemocrática

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Sus palabras dieron inicio a una conferencia distinta, a una donde una reportera reclamaría la falta de democracia y el bloqueo a su acceso al recinto, ante la mirada expectante de medios y funcionarios

“Gracias, Presidente. Gracias por darme la palabra porque no me toca (de) hoy hasta el próximo mes”. Sus palabras dieron inicio a una conferencia distinta, a una donde una reportera reclamaría la falta de democracia y la falta de acceso al recinto, ante la mirada expectante de medios y funcionarios.

Reyna Haidee Ramírez, la reportera independiente de Sonora, la que lo cuestiona por la inseguridad en su estado y en el país, la falta de avances en las investigaciones de asesinatos a defensores de derechos humanos y tierras, y en últimas apariciones, de la corrupción en tribunales agrarios, hoy habló en primera persona.

“Hay amenazas desde 2020 y hay unas recientes, y las está atendiendo una Fiscalía local. Ese es un punto que espero que algún día lo resuelvan las fiscalías, mientras tanto yo lo tomo como un asunto personal, pero lo trato aquí porque tiene que ver con usted, con esta conferencia (…) estas amenazas, suponemos, vienen o de sus seguidores o sus opositores, una de dos”, dijo tajante.

Por segundo día consecutivo, un reportero denunciaba amenazas por su labor ante el Presidente de México. Pero la sonorense fue más allá. Parada firme en la quinta fila de reporteros, tomó el micrófono y denunció.

Pero la queja no llegaba hasta ahí. “Usted aquí ha denostado, ha estigmatizado periodistas, casi todos los días se dedica a eso”, cuestionó, como lo han hecho organizaciones sociales, periodistas nacionales e internacionales y hasta gobiernos extranjeros.

El descontento escaló. “Aquí hay 20 espacios, si hubiera democracia todos tendríamos derecho, una vez a la semana de hablar, pero no, usted prefiere las alabanzas, Presidente. Discúlpeme que se lo diga”, soltó ante la mirada de todos los presentes, pero ante un mandatario que parecía no gustarle lo que escuchaba.

“¿A cuántas personas que actúan por sumisión, por guardar silencio o porque están con usted, le han dicho abiertamente vente por aquí y le dan por su lado, le ponen las pechitas para que batee jonrones. Yo no soy así, Presidente, yo soy reportera”, relataba con la voz quebrada. Estaba molesta.

Y continuó. Reyna Haidee le recordó que tiene un amparo en revisión para poder entrar a las conferencias “mañaneras” y acusó directamente al vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, de negarle la entrada por hacer su trabajo.

Una mano colocada en el atril, la otra metida en la bolsa del pantalón. El mandatario quería contestar. “¿Ya?”, preguntó López Obrador. Estaba molesto. “Si lo que interesa a usted le causa enojo, molestia…”, con los hombros alzados, la reportera terminó la primera parte de su cuestionamiento. Estaba decepcionada.

“No me estoy molestando, y no me voy a molestar”, contestó con una sonrisa que se tornaba sarcástica. López Obrador trató de responder sereno. “Yo siempre digo que la libertad no se implora, sino se conquista”, dijo y obtuvo una respuesta: “dígaselo a él, a Jesús (Ramírez Cuevas)”.

El mandatario volteaba los ojos para todos lados, pero no la miraba directamente. “Nosotros vamos a respetarte y nunca va a haber censura en contra tuya”, aseguró, pero nuevamente la reportera respondió: “bueno, me tuve que amparar, sí hay censura”.

Mientras el Presidente trataba de responder, lento, la comunicadora bateaba cada una de sus frases. Otro reportero intervino y también obtuvo lo suyo. “Tú cállate, palero”, molesta por la intervención en su cuestionamiento, Reyna Haidee le pidió no entrometerse. Pero esto molestó aún más a López Obrador.

“No, pero tranquila. Amor y paz”, dijo mientras alzaba los brazos y en sus manos hacía la seña que caracteriza la frase. Los ánimos se habían calentado.

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Un recorrido de señalamientos

La mañanera estaba tensa, pero en el transcurso de los más de 182 minutos que duró ya había habido otros temas que habían dejado inconformidad en la prensa y en quienes la ven a través de redes sociales.

Tras terminar la exposición de la seguridad, de la Sedatu y del INAH, la pregunta fue sobre la petición de consulta sobre el T-MEC y, aunque el mandatario matizó su respuesta, volvió al mismo discurso.

“Yo tengo indicios de que esto tiene que ver con los intereses creados que se sienten afectados porque se dedicaban a saquear a México y que, como se les puso un alto, un hasta aquí, empezaron a hacer trabajo en Estados Unidos y logran esto”, la respuesta volvió a evadir.

La indignación llegó cuando le cuestionaron sobre la violencia contra mujeres, como la que llevó a la muerte a Luz Raquel Padilla, en Jalisco, una mujer que recibió amenazas, se le minimizó y luego fue rociada con alcohol y prendida en llamas.

“Mire, hay que ver las cosas en el fondo, las causas. Atribuyo todo esto al proceso de individualización que se impulsó en el periodo neoliberal”. Una vez más, la culpabilidad cayó en el pasado y una respuesta a la estrategia o cómo se atiende la violencia, no llegó.

Incluso, cuando una reportera de Estados Unidos, que visitó previamente a familias de desaparecidos, víctimas y que trajo el mensaje de desconsuelo al mandatario, le cuestionó por los más de 100 mil desaparecidos en el país, su respuesta fue en rechazo.

“Hay también mucha politiquería de quienes no están de acuerdo con nosotros. Esto, por ejemplo, de los 100 mil desaparecidos, como les digo, estoy yo todo el día viendo esto. Sería una cosa escandalosa, o sea, Claudio X. González y todos nuestros adversarios ya hubiesen acudido a la ONU”. Nuevamente se lavó las manos.

Pero el caso de Reyna Haidee no había terminado, faltaba el final. Ante el Presidente expresó que ella mostraba el descontento del pueblo, porque recorría el país, para conocer las denuncias.

“No hay un mexicano, un mexicano, ya no hablemos de un político, porque esos no conocen mucho, no hay un mexicano que conozca más los municipios de México que el Presidente de México, no hay nadie”, aseguró sonriente.

Mas tranquila y hasta con tono sarcástico, dio la estocada final: “No, pues usted se mueve con los recursos del pueblo ahorita, yo me muevo con mis propios recursos”.