¡Urgente! Derechos humanos vs. el plomo en la infancia

27 de Noviembre de 2024

¡Urgente! Derechos humanos vs. el plomo en la infancia

plomo en la infancia

Alrededor de 17% de la infancia mexicana padece envenenamiento por plomo; mientras expertos internacionales consideran que es urgente medir y legislar al respecto, un investigador mexicano considera que no es suficiente

Un análisis publicado el 11 de septiembre en la revista médica The Lancet Planet Health encontró que a nivel mundial, la exposición al plomo podría haber causado 5.5 millones de muertes de adultos por enfermedades cardiovasculares y la pérdida de 765 millones de puntos de coeficiente intelectual en niños menores de cinco años tan solo en 2019.

Alrededor del 95% de estas afectaciones se produjeron en países de ingresos bajos y medianos, y se calcula que los niños de estos países pierden una media de 5.9 puntos de coeficiente intelectual durante sus primeros cinco años de vida. Esta estimación es considerablemente superior (80%) a lo que se esperaba encontrar con bases en estudios previos, y las muertes por enfermedades cardiovasculares son seis veces mayores.

El número real de muertes relacionadas con la exposición al plomo puede ser, incluso, mucho mayor, pues el análisis no incluyó muertes causadas por presión arterial alta ni otras causas distintas a las enfermedades cardiovasculares que también son aumentadas por el plomo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que casi la mitad de las más de dos millones de muertes en el mundo atribuidas a exposiciones químicas en 2019 se debieron al plomo, así como el 30% de la carga global de discapacidad intelectual idiopática, 4.6% de la carga global de enfermedades cardiovasculares y 3.0% de la carga mundial de enfermedades renales crónicas.

De acuerdo con la edición más reciente de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) la prevalencia en México de intoxicación por plomo en niños y niñas de uno a cuatro años (definida por la Norma Oficial Mexicana 199-SSA1-2000 de 2017 como cinco o más microgramos de plomo por decilitro de sangre) fue 16.8%, “lo que representa un millón 407 mil 498 de niños y niñas en el país”.

Esa cifra es prácticamente la misma que la obtenida en la ENSANUT de 2018 y 2019, cuando por primera vez se midió la concentración de plomo en sangre en una muestra representativa para los niveles nacional y estatal y que observó una prevalencia de 17.4% en la población infantil de uno a cuatro años.

›La conclusión de los autores de la investigación publicada en The Lancet Public Health, Bjorn Larsen y Ernesto Sánchez-Triana, que la inmensa mayoría de los envenenamientos por plomo se produzcan en países de ingresos bajos y medios, uno de los cuales es México, evidencia la necesidad “urgente” de “institucionalizar las mediciones periódicas nacionales del nivel de plomo en sangre.

“Estas mediciones deben ir acompañadas de una identificación integral de la fuente, así como de respuestas legislativas relevantes para combatir eficazmente la contaminación y la exposición al plomo”, añaden los autores.

Sin embargo, Fernando Díaz Barriga, evaluador de riesgo en salud adscrito a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, considera que en México esas propuestas, que ha explorado, no han sido suficientes y es necesario adoptar un nuevo enfoque.

San Luis Potosí, no es el único

plomo en la infancia

La ciudad de San Luis Potosí ha tenido empresas fundidoras siderúrgicas, recicladoras de baterías de coche y además tiene 100 hornos ladrilleros, en varios de los cuales se quema basura electrónica. Todas esas son fuentes importantes de plomo.

Esto ha hecho que la acumulación de plomo en el suelo, particularmente en dos barrios de bajos recursos, esté en niveles muy peligrosos, sobre todo para los niños, comenta Díaz Barriga, quien encabeza el programa Protegiendo el Intelecto Basado en Evidencia (PIBE) en referencia a los problemas neurológicos y déficits cognitivos que ocasiona la exposición al plomo en la infancia.

El esfuerzo de PIBE y de Díaz Barriga fue una de las tres iniciativas mexicanas que destacó la Organización Mundial de la Salud en la Semana Internacional de Prevención del Envenenamiento por Plomo 2023, en particular el módulo de formación de personal de salud y el encuentro con estudiantes de medicina y de ciencias ambientales.

Sin embargo, Díaz Barriga aclara en entrevista con ejecentral que el programa es mucho más que eso y que se enfoca en las dos comunidades marginadas que tienen antecedentes históricos de contaminación con plomo y todavía tienen una carga residual de este metal en el suelo y en el polvo y, además, “el acuífero tiene flúor… un neurotóxico parecidísimo el plomo”.

Por un lado, “inundamos en los periódicos, hicimos alharaca en las redes sociales con todo el material que producimos”, pues la idea fue aprovechar la semana internacional del plomo “para hacerle ver a la sociedad la importancia de erradicar al plomo y al flúor”.

Además, empezaron hacer muestreos para hacer análisis de laboratorio empezando con la cuantificación de plomo en el suelo y el polvo, “y si los valores están por arriba de nuestros propios valores de referencia, porque las normas internacionales ya están fuera de actualización, entonces procederemos a presentar una propuesta a la Secretaría de Salud para que el comité de bioética nos permita tomar muestras de sangre de niños y poder cuantificar sus niveles (de plomo)”.

Díaz Barriga dice que el límite de cinco microgramos por decilitro de NOM actual es demasiado alto, y agrega que en el propio reporte de la ENSANUT ya se habla del límite máximo de 3.5 microgramos por decilitro que se usa en otros países.

Por lo pronto, “lo que a nosotros nos preocupa más es la norma del suelo, que todavía es de 400 miligramos (de plomo) por kilogramo (de suelo)” desde hace una década o más… Entonces, lo que nosotros utilizamos es el valor de Canadá, aunque todavía no nos gusta mucho, pero nos gusta más, de 100 miligramos por kilogramo”.

El caso de San Luis Potosí es especial, pero probablemente no es único en el país. Díaz Barriga considera que, además de los lugares, en general pueblos, donde se hace la fabricación de barro vidriado con la aplicación de barniz de plomo, puede haber contaminación industrial de plomo en Torreón, Chihuahua o Ciudad Juárez.

Fuentes de plomo y sus salpicaduras

En la ENSANUT 2018-2019 se mencionó que la principal fuente de intoxicación por plomo es el uso de la loza de barro vidriado con barniz de plomo (y que no es horneado a las temperaturas que se requieren para que el material se fije) para preparar, consumir y almacenar alimentos y bebidas. Esto daría cuenta del 48.3% de los casos.

Sin embargo, la medida más reciente encuentra “que la mayor proporción se refiere a reporte de exposición ambiental (37.8%)”, y de ese porcentaje la mayoría de los hogares (89.4%) hace referencia a la cercanía de un taller mecánico o de pintura.

El uso de barro vidriado se ubica en segundo lugar, con 33.3% de la población que señala su uso reciente para preparar, consumir y almacenar alimentos y bebidas. Además, 21.4% de la población de estudio identificó al menos una fuente de exposición relacionada con una ocupación laboral; en general, oficios relacionados con pintura (21.4%), soldadura (19.8%), pinturas y soldaduras (16.5%).

›Por su parte, el análisis publicado The Lancet Planetary Health menciona además fuentes como el reciclaje de baterías de plomo-ácido, la minería de metales, la pintura con plomo, los utensilios de cocina hechos de materiales reciclados, las especias, los juguetes, los cosméticos, los desechos electrónicos, los fertilizantes y los alimentos cultivados para peces, aunque, la presencia de cada una de estas fuentes varía mucho entre países.

Bjorn Larsen, el autor principal, dice en un comunicado de prensa que “lo preocupante de nuestro estudio es que indica que estos efectos dañinos para la salud son mucho mayores de lo que pensábamos anteriormente y que tienen un costo económico muy alto, especialmente en los países de ingresos bajos y medios”.

Larsen y Sánchez-Triana trabajan en el Banco Mundial, por lo que en su estudio estiman que el costo global de la exposición al plomo en 2019 fue de seis billones de dólares, cantidad equivalente al 7% del PIB mundial; aunque en los países de medianos y bajos ingresos, donde el promedio de plomo en sangre es de 4.6 microgramos por decilitro, el costo equivale a más del 10% del PIB nacional y suele ser el doble que en los países de altos ingresos, donde la medida promedio de plomo en sangre es 1.3 decilitros.

También estiman que alrededor del 77% del costo económico de la exposición al plomo está asociado con muertes por enfermedades cardiovasculares, y alrededor de una cuarta parte (23%) se debe a los menores ingresos futuros causados por la pérdida del coeficiente intelectual por la exposición al plomo en la infancia.

Epílogo de derechos humanos

Díaz Barriga comenta que la modificación a la NOM que se hizo en 2017, donde el límite para considerar intoxicación por plomo se bajó de 10 microgramos por decilitro a cinco, fue “lo último que se logró”, pues “ahí se paró todo”.

Es por esta razón que en PIBE están planeando recurrir a los derechos humanos y a la justicia ambiental para proteger a la infancia en San Luis Potosí, harán referencia “al derecho humano a la salud, el derecho humano a un ambiente sano y sostenible, el derecho humano a la vivienda, el derecho humano a la alimentación, por la cuestión del barro vidriado”.

Una denuncia en la Comisión Nacional de Derechos Humanos se puede levantar demostrando que hay un riesgo en salud o que el ambiente está contaminado, “pero no te piden normas, (sino que) te basas en el principio precautorio, y ya hay declaraciones de la Suprema Corte de Justicia del país. Entonces, este verdaderamente es un camino muy interesante”.

“Por eso a la Organización Mundial de la Salud le llamó tanto la atención lo que estamos haciendo, porque nosotros sí estamos trabajando alrededor de los derechos humanos”, concluyó el experto.

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