Las pobres perspectivas económicas de México llevaron a los trabajadores mexicanos a un nuevo máximo histórico de sueldos y salarios mal pagados. Los números son contundentes, hasta marzo pasado había 32.3 millones de trabajadores que cobraron entre 70 centavos y 1.3 dólares por hora (entre 15 y 30 pesos). Sin considerar a los dependientes económicos, representan poco más de 25% del total de la población mexicana.
“Es vergonzoso, no hay nivel de comparación a nivel mundial”, comentó la catedrática y directora general de la empresa especializada en recursos humanos ID Hunt, Adriana Martínez.
En el primer trimestre de 2020, se marcó otro hito en la historia corporativa mexicana. Los obreros y empleados con las pagas más altas registraron nuevos mínimos históricos.
Hasta marzo, en México había 12.5 millones de trabajadores con un sueldo mensual inferior a tres mil 700 pesos o su equivalente a 5.5 dólares por día o 70 centavos de dólar por hora.
Con ese ingreso diario les alcanzaría solamente para comprar un desayuno económico en la cadena Vips. Esos trabajadores que cobran menos de un dólar por hora laboral en México, equivale a casi el 10% (9.83%) de la población total del país.
Los trabajadores con paga de entre un salario hasta dos salarios mínimos (siete mil 390 pesos o 333 dólares al mes), también registró un nivel máximo histórico con 19.8 millones de trabajadores. La paga por hora equivale a 1.4 dólares y la cobran el 15.5% de la población mexicana. Esos dos niveles de un salario mínimo (123 pesos o 5.6 dólares, al tipo de cambio de hoy) concentran a 58 de cada 100 trabajadores en todo México, es decir 58.4% del empleo total de formales, informales y empleados de gobierno que a marzo sumaron 55.35 millones.
Este número refleja la debilidad del mercado interno mexicano, como si cada uno de los pobladores de 17 estados del país viviera con menos de siete mil 400 pesos.
López Obrador, el salvador
Los datos del Inegi son del primer trimestre y ya incluyen un impacto económico moderado del SARS-CoV-2, que ante las medidas de aislamiento generó el despido de 130 mil trabajadores registrados ante el IMSS en marzo; en abril fueron despedidos otros 555 mil, y en mayo, según el pronóstico del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), habrá otros 812 mil trabajadores despedidos del sector formal de la economía.
Esos desplazados de sus fuentes de empleo podría ser objeto de ayuda de algunos de los programas sociales del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. El apoyo económico podría cambiar la vida a quién lo recibe, sin embargo, por ahora no se puede medir el impacto real, expuso el representante en México de la consultora inglesa de mercados, Kantar Worldpanel.
“Hay cálculos que algunos reciben hasta ocho mil pesos mensuales de los programas de gobierno. Vamos a ver qué tanto se ejerce, hay que ver cuánto realmente termina llegando a los hogares. Esto podría mitigar claramente el entorno porque van justamente al mismo grupo que va a tener una fuerte afectación en el corto plazo”, detalló el Country Manager de Kantar Worldpanel México, Fabián Ghirardelly.
Al insistir al especialista sobre el impacto real de los programas sociales, Ghirardelly consideró que “es complejo (saber) porque no hay información concreta para poder ver cuánto está llegando a los hogares y cómo les está ayudando. No existe esa información. Hoy en día no hay nadie que te pueda decir una respuesta concreta, entonces sigue siendo un discurso, que es válido. Sigue siendo una iniciativa. Ahora hay que cuantificar. Primero a cuánta gente beneficia y cuánto le está ayudando”.
El líder de la consultora de mercados, añadió que si un trabajador despedido ganaba seis mil pesos y recibe apoyo social por mil pesos, esa cantidad representa una ayuda moderada; pero si una persona ganaba tres mil pesos y recibe apoyos por cuatro mil, “eso sí cambia la historia”. Sólo que, continuó, “esa ecuación es la que hoy en día nadie tiene la forma de poder cuantificar de manera concreta”.
›Según los Precriterios de Política Económica 2021, hasta abril la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) pretende gastar 664 mil 452 millones de pesos en 81 programas sociales en 2020 y 12% más para 2021.
922 mil 325 puestos laborales “de altos ingresos” se han perdido en lo que va de este sexenio.
Clase “alta” en vías de extinción
El engrosamiento de los empleados con mala paga tienen su cantera principal en los trabajadores de nivel medio que reciben de dos a cinco salarios mínimos, que significa de siete mil 500 a poco más de 11 mil pesos (entre 2.1 y 3.5 dólares la hora), y aquellos con un “alto salario” con más de cinco salarios mínimos mensuales o unos 19 mil pesos en adelante (de 3.6 dólares o más por hora).
Ahora, con las medidas para contener la expansión del SARS-CoV-2, la pauperización laboral seguirá. Además de los bajos salarios, con los miles de desempleados, el efecto colateral hará eco en escuelas privadas, servicios médicos y la industria turística, comentaron a ejecentral expertos de la industria. De momento, algunos maestros, médicos y ejecutivos están en el proceso de venta de bienes para solventar deudas por pagar.
Es decir, los puestos laborales con paga de más de cinco salarios mínimos están en peligro de extinción. Por el verano de 2006, en el sexenio de Vicente Fox, hubo una población de 5.3 millones de trabajadores con ese nivel de paga, 14 años después desaparecieron 3.8 millones, el 71.0%, al sumar a marzo de 2020 alrededor de 1.5 millones trabajadores, cifra que se ubica en el nivel más bajo en la historia, según datos del Inegi.
Tan sólo en la administración de López Obrador se perdieron 922 mil 325 de ese tipo de puestos laborales de “altos ingresos”. Lo que equivale a 10.6 veces el lleno total de el Estadio Azteca, que tiene una capacidad de 87 mil personas.
Si todas esas personas que perdieron su trabajo se hubieran transportado en vehículos foráneos de pasajeros, habrían formado una fila de 391 kilómetros, que iría desde el Zócalo de la Ciudad de México hasta el centro de convenciones de Acapulco, Guerrero.
La pauperización también impactó a la clase media. Fue en el cuarto trimestre de 2007, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, cuando se tuvo el mayor número de trabajadores con paga de más de dos hasta tres salarios mínimos, un total de 13.7 millones de trabajadores.
Sin embargo, después de 13 años se perdieron 8.4 millones o 62%, y hasta marzo pasado sólo había 5.25 millones de trabajadores. Ese número también marcó un mínimo histórico.
Ese segmento laboral con la mayor paga en México recibe, en promedio, en 3.6 dólares la hora, cifra que palidece frente a los 58.88 dólares por hora que pagan en Estados Unidos al trabajo gerencial en promedio. Según los datos más recientes del Departamento del Trabajo de la Unión Americana, el rango de pago va de 24.03 dólares a más de 100 dólares por hora (de 533 a 2 mil 220 pesos). Los chef, otro ejemplo, reciben una paga de entre 13.64 y 41.82 por hora (de 303 a 928 pesos).
Debilidad del mercado
Ese nivel de ingreso refleja la debilidad del mercado interno mexicano. Según Ghirardelly, de Kantar, en el consumo que se hace en los supermercados es sensible pero no tiene comparación con la venta de vehículos o los servicios relacionados con la industria turística.
Por ejemplo, las compras de papel higiénico es la misma que tenga un alto ingreso o bajo, lo que cambia es la calidad. “La gente de la clase baja, quizá compré un producto mucho más barato pero en volumen van a comprar lo que se necesite. Es más relevante ¿Cuánta gente puede comprar un auto? ¿Cuánta gente se puede endeudar con una casa?”, señaló Ghirardelly.
Al respecto, el director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Guillermo Rosales, sostuvo que la reducción de trabajadores con mayor paga sí tiene un impacto en las ventas de la industria automotriz.
“Es una preocupación general porque dentro de ese promedio (menor número de trabajadores con cinco salarios mínimos) están incluidas las personas con posibilidades de comprar un vehículo desde los subcompactos hasta los automóviles más caros. Aunque, la mayor afectación por este tipo de movimientos (menores salarios) en la economía se da en los segmentos de menores precios”, advirtió Rosales.
Incluso comentó que con ese nivel salarial, la gente compraba vehículos como el Sentra de Nissan, el Corolla de Toyota, el Jetta de Volkswagen. Además de los vehículos utilitarios deportivos (SUV) “pequeñas” como la Ecosport de Ford; Duster de Renault o la Track de General Motors. Por lo anterior, advirtió, la “capacidad adquisitiva de nuestro mercado es bastante menor comparado con los mercados maduros y por eso la composición de las ventas”.
Datos de la industria muestran que en 2019 se vendieron 1.32 millones de automóviles nuevos en México, mientras que en Estados Unidos totalizaron con 17.0 millones de unidades. Es decir, por cada vehículo nuevo vendido en el territorio nacional, en la Unión Americana compraron 13 unidades nuevas.
Sobre el impacto en la industria turística por la contracción del número de trabajadores con más de cinco salarios mínimos y el impacto del coronavirus, el director de comunicación corporativa de Aeroméxico, Christian Pastrana, que el efecto es devastador.
Comentó que los pronósticos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) estiman que las aerolíneas recuperarán los niveles de tráfico de pasajeros de 2019 hasta el año 2022 o hasta el 2023. “Ojalá se equivoquen y sea más rápido”.
Dijo que ante las reuniones de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) y la IATA con autoridades del gobierno federal, en breve pongan en marcha un plan para apoyar a las aerolíneas, que son pieza fundamental en la industria sin chimeneas.
“Cuando un pasajero se sube a un avión, inicia el efecto multiplicador de la derrama económica por los lugares donde pasa. En el aeropuerto, compra café, el desayuno. En su destino de viaje, paga el taxi, el hotel, luego sale en taxi al museo o a la playa. Come en un restaurante, compra souvenirs. Una persona que viaja en avión representa derrama económica. Por eso es muy importante que todos los gobiernos apoyen a las aerolíneas. Es apoyo, no rescate. Las aerolíneas son un motor de la economía en el desarrollo”, señaló Pastrana.
Golpe a la educación privada
El binomio de un mercado laboral pauperizado y los miles de desempleados que hasta el momento ha generado la pandemia, tendrá otra víctima, la educación privada, en un segmento de población que ya no podrá pagar las colegiaturas.
El coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Ignacio Martínez Cortés, puntualizó que los empleados con mayor ingreso están atrapados en dos mundos, con lo cual están impedidos para obtener financiamiento.
“Algunas personas están atrapadas. Si se mueve para arriba, no cumplen con los requisitos para obtener un crédito bancario y para abajo, están fuera del rango para poder ingresar a los programas sociales del gobierno Federal. Son profesionista que pagaban impuestos y perdieron su trabajo”, explicó.
Obtener más de cinco salarios mínimos, se ubica en el rango de lo que cobran algunos profesores universitarios de la Anáhuac, del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) o del Tec de Monterrey, y con un salario mínimo abajo, los profesores de la UNAM.
Martínez Cortés comentó que de su red de amigos y conocidos, una parte de ellos ha perdido su trabajo y que el efecto inmediato es reestructurar gastos, y el principal es abandonar la educación privada.
“Ya viene el ciclo escolar, y ya no tendrá el dinero para pagar la inscripción para el siguiente ciclo, ni para el gasto escolar general que son los uniformes y útiles. Las cosas se complican. Aunque sea una escuela privada modesta, no habrá esa posibilidad. Su nivel de vida se reduce y su expectativa de proyecto de vida desaparece”, comentó el titular del LACEN.
Educar para ganar
“Hay que apostarle mucho a la educación e innovación, es fundamental. En México, somos buenísimos para hacer memes (...), pero tener ejecutivo bien capacitado, puede generar la ventaja competitiva que requiere cualquier empresa para trascender”, señaló la directora general de la consultora especializada en recursos humanos, ID Hunt, Adriana Martínez Guerrero.
Aunque advirtió que con la pandemia habrá una nueva cultura laboral. A manera de ejemplo, indicó que una empresa con 50 trabajadores, se restructure y con la reapertura de actividades tenga 40 o menos empleados, porque ahora tendrán que producir con menos, ser más eficientes.
La otra parte del cambio laboral, es que la contratación se hará con sueldos base bajos, pero con bonos de compensación variable que podría ser de 50 o 60% adicional al alcanzar metas, por lo que “resulta un buen sueldo”, indicó la estratega en ID Hunt.
Sobre esa pauperización laboral, el director de Operaciones de OCC Mundial, Sergio Porragas, detalló que los datos de la “encuesta del Inegi, muchos de ellos son ocupaciones que no requieren una titulación”, y a título personal advirtió que la menor paga que se viene dando responde a las “perspectivas económicas (de México) y cómo va cambiando la economía en el mundo”.
Para Adriana Martínez, los menores salarios obedece a que en todo el mundo se paga según la calidad del capital intelectual. “Se paga mejor por trabajo muy especializado, que uno especializado o uno no tan especializado”.
Martínez que también se desempeña como catedrática en una universidad privada, “en México se tiene que aumentar el ingreso promedio, porque es vergonzoso. No hay nivel de comparación a nivel mundial. Para lograrlo hay que apostar mucho a la educación, es fundamental”.
Venta nacional de garage
Si bien, la ola expansiva del desempleo por SARS-CoV-2 tendrá mayor impacto en mayo y junio, Martínez Cortés advirtió ya, al menos varios de sus conocidos, están padeciendo el “otro coletazo” de la pandemia y es que “mucha gente están empezando a vender sus bienes para poder cubrir gastos”.
Además, en su entorno inmediato, amigos y familia han comentado que al vencimiento “ya no renovará la membresía a centros comerciales de tiendas ni de herramientas online como Spotify o Netflix”. Ahora, las familias priorizan sus ingresos en los gastos de vivienda, alimentación y educación.
32.3 millones de trabajadores cobraron entre 70 centavos y 1.3 dólares por hora hasta marzo pasado.