Pese a que el presidente Andrés Manuel López Obrador dio inicio a la Universidad para el Bienestar en diciembre de 2018 y pese a que cuenta con un presupuesto anual de casi mil millones de pesos, esta apuesta por la educación no ha logrado consolidarse.
Apenas el 17 de febrero pasado los estudiantes de la Universidad de Derecho Ponciano Arriaga iniciaron un paro de labores para exigir condiciones dignas para tomar clases y una educación de calidad.
Este plantel no es el único en el que estudiantes han mostrado sus inconformidades, pues de acuerdo con alumnos del plantel Luis Villarreal El Mexe, de Hidalgo, han denunciado que toman clases en aulas improvisadas o sedes alternas.
Reclamaron que en la convocatoria de ingreso se indicaba que tendrían comida y un lugar en dónde quedarse mientras realizaban sus estudios, pero esto no ha sido así. Incluso, dicen, se amenaza con mover la sede de esta universidad.
En otros planteles se ha denunciado que los profesores son designados para impartir materias que desconocen, lo que los ha llevado a renunciar. Otros profesores más, denunciaron que reciben sus pagos de manera irregular.
Otros estudiantes más, señalaron que sus becas les están siendo entregadas de manera irregular y a cambio no reciben respuesta de las autoridades.
La página de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez indica que actualmente tiene presencia en 31 estados a través de 100 planteles y 36 carreras, sin embargo, no se cuenta con planes de estudio disponibles. CJG
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