Un misterio, impacto del Hoy no circula

7 de Noviembre de 2024

Un misterio, impacto del Hoy no circula

Un informe de la Auditoría Superior de la ciudad pone en evidencia que las autoridades capitalinas no han evaluado este programa y desconocen su efectos, tanto en la salud de la población como en el medio ambiente

redaccion@ejecentral.com.mx

Están por cumplirse 30 años de la implementación del Hoy no circula, la principal política pública para reducir los índices de contaminación en la ciudad; sin embargo, todo ese tiempo ha sido insuficiente para documentar el impacto real en el ambiente y la salud de los capitalinos. A pesar de esto, los gobiernos del PRI, PRD y Morena lo mantienen como el programa estrella.

A esto hay que sumarle que la Ley de Transparencia de la Ciudad de México, en el artículo 123 fracción XXVI, establece la obligación de presentar “los resultados de estudios de calidad del aire”, pero la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) hace caso omiso y no tiene esa información disponible en su página de internet.

›Así, quien vive o visita la Ciudad de México, muchas veces resiente las condiciones atmosféricas, desde problemas pulmonares graves, hasta sinusitis, alergias, dolores de cabeza o ardor de ojos.

El Informe Final de la Auditoria Superior de la Ciudad de México (ASCM) de la Cuenta Pública 2015, revela que la Sedema “no cuenta con un estudio realizado sobre la emisión de contaminantes generada por vehículos en la Ciudad de México”. Es decir, nadie sabe cómo y cuánto beneficia ese programa. Y la auditoría de 2017, que apareció hace unas semanas, lo confirma y añade que no existe ni siquiera un análisis, tan sólo entregan una lista con los contaminantes, los vehículos que circulan y los que se verifican.

Es decir, la dependencia capitalina sólo tiene una estimación de emisiones evitadas desde 2012, pero se carece de un informe o estudio que vincule esos resultados con la política ambiental.

5 millones de vehículos están registrados en la Ciudad de México, el doble de los 2.5 millones que había en el año 2000, según el Inegi.

Hace unos días, la jefa de Gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, anunció ajustes a esta política ambiental, a consecuencia de los altos índices de contaminación que se registraron en la segunda semana de mayo. La población de la metrópoli vivió una semana bajo condiciones atmosféricas desfavorables a consecuencia de los incendios forestales, 20 en la capital y 30 en el Estado de México, además de la falta de viento.

El gobierno capitalino se quedó pasmado desde el 9 de mayo y durante tres días la población reclamó que se aplicaran acciones urgentes. Sheinbaum, con un doctorado en Ingeniería Ambiental y exsecretaria de Medio Ambiente de la capital, argumentó que no se decretó en principio la contingencia porque no se habían sobrepasado los 150 puntos del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire, y reconoció que se carecía de un plan sobre las partículas PM 2.5.

Automotores. La contaminación emitida por los vehículos contribuye al incremento de las PM 2.5. Foto Cuartoscuro

Los especialistas Cristina Linares y Julio Díaz publicaron en la revista Ecologista que las partículas PM 2.5 son material respirable presente en la atmósfera de ciudades en forma sólida o líquida como polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento, polen, entre otras. Su origen principal esta en las emisiones de vehículos que usan diésel. “Los últimos estudios científicos sugieren que este tipo de contaminación, y particularmente las partículas procedentes del tráfico urbano, está asociado con incrementos en la morbi-mortalidad de la población expuesta y al creciente desarrollo de asma y alergias”, explicaron los especialistas.

La crisis ambiental y política llegó a su máximo en el momento que Claudia Sheinbaum justificó que “la administración anterior no nos dejó un protocolo especial para la contingencia”; a pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha alertado sobre sobre los efectos en la población.

Auditoría desnuda el programa

La ASCM realizó la “Auditoría de Desempeño con Enfoque al Medio Ambiente”, Función 1 “Protección al Ambiente” ASCM/153/15, ahí se establece que un objetivo estratégico de la Sedema es contribuir a la reducción de Partículas Suspendidas Totales (PST) en la atmósfera del Área Metropolitana de la Ciudad de México.

Para la Secretaría esa meta se alcanzó ubicando los vehículos como fuentes de contaminación móvil. Los coches se consideran unidades de medida, entonces la premisa de la autoridad es: a más automotores contaminantes detectados, menos contaminación. Pero el resultado final no se alcanzó porque la mala calidad del aire en la ciudad es un asunto permanente

La ASCM lo explica así: “La contabilización de los vehículos sancionados no indica en qué forma ni en qué medida se han reducido las emisiones que generan éstos, ni se comprueba la instalación del equipo anticontaminante (convertidores catalíticos) y cómo esto contribuye a minimizar los efectos nocivos a la salud”.

El Hoy no circula es un programa que nació en el sexenio de Carlos Salinas de gortario y con Manuel Camacho como regente de la ciudad, el 20 de noviembre de 1989.

Para el órgano auditor de la Ciudad, se incumplió con el objetivo establecido de reducir la presencia de partículas contaminantes, “ya que la Sedema indicó que no cuenta con un estudio realizado sobre la emisión de contaminantes del aire generada por vehículos en la Ciudad de México”.

La Auditoría recurrió a otras instancias para ver si tenían una investigación que documente la forma en que el parque vehicular afecta el ambiente: la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, al Centro Mario Molina A.C., la UNAM, y al Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero tampoco lo encontró.

Dos años después, la Sedema presumía los 3.5 millones de verificaciones realizadas y enumeraba las emisiones de Monóxido de Carbono (CO), Óxidos de Nitrógeno (Nox), Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), Dióxido de Carbono (CO2), y materiales tóxicos, pero la Auditoría en sus resultados de 2017 insistió que la exposición de datos no permiten medir el cumplimiento de metas y objetivos, “puesto que no reflejan resultados cuantitativos ni cualitativos”.

Aunado a que tres décadas después de que arrancó el programa Hoy no circula, en noviembre de 1989, circulan el doble de vehículos en la zona metropolitana y está es la única política pública de la que se echa mano en contingencias ambientales.