Un año para el salto digital

12 de Noviembre de 2024

Un año para el salto digital

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Aunque la fibra óptica revolucionó internet, los expertos en tecnología de datos apuntan a las redes fotónicas de silicio para lograr una mayor velocidad en la transferencia de enormes cantidades de información

La pandemia de Covid-19 aceleró la creación de distintas aplicaciones que permitieron trasladar la vida cotidiana a espacios digitales con mayor naturalidad. Sin embargo, este salto también planteó nuevos retos de almacenamiento, transferencia y seguridad de datos por lo que las tendencias tecnológicas para este año apuntan a soluciones que mejoren estas experiencias.

Transmitir y manejar una gran cantidad de información se convirtió en parte esencial de la vida en la pandemia. El trabajo no sólo se mudó a casa, sino que también lo hicieron sistemas como la educación, e incluso la medicina, por lo que tecnologías como la fotónica de silicio o el tejido de datos avanzaron hasta convertirse en las principales tendencias de computación para este año.

A la velocidad de la luz

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Durante el año pasado se utilizaron alrededor de 79 billones de gigabytes en datos alrededor del mundo, una cifra impresionante pero que representa solo la mitad de las estimaciones de consumo global para los próximos tres años, lo que demuestra la necesidad de redes de transferencia cada vez más amplias y potentes.

Aunque la fibra óptica revolucionó el internet durante la última década, los expertos en tecnología de datos ya apuntan a las redes fotónicas de silicio, que utilizan los circuitos integrados de este mineral con láseres semiconductores que permiten manipular la luz para lograr una mayor velocidad en la transferencia de enormes cantidades de información.

La integración de tecnología fotónica en la transmisión de datos podría lograr una capacidad de consumo de 400 gigabytes en tan solo un par de segundos a través de aparatos con redes 5G habilitadas, lo que podría cambiar tanto los servicios digitales actuales, como la forma en que se cobra el acceso a internet.

Una telaraña de datos

Con la enorme cantidad de información que se genera a través de los medios digitales se han tenido que crear nuevas herramientas de gestión, control y análisis de datos, pero pocas se integran de manera natural entre ellas para lograr un tránsito fluido entre plataformas que permita un mejor estudio de estos contenidos.

La data fabric o tejido de datos nació como una tecnología que integra todos los métodos de almacenamiento de información bajo una misma arquitectura que permite el acceso desde cualquier punto unificado, lo que permite una enorme flexibilidad de consulta, mayor transparencia o revisión de estos paquetes, así como más seguridad ya que no es necesario descargar estos contenidos para poder trabajar con ellos.

Gartner, la consultora especializada más importante de tecnología en el mundo, situó al tejido de datos como el futuro de las nubes de almacenamiento y como una de los grandes avances digitales para este año.

El dato. En los últimos años se han desarrollado varias líneas de investigación para la creación de ordenadores basados en la computación cuántica.

Seguridad, la piedra del avance digital

La gran dependencia de los sistemas digitales remotos durante la pandemia fue clave para el año con el mejor número de ataque cibernéticos a cualquier escala; desde millones de robos de identidad o fraudes pequeños, hasta secuestro de datos a instituciones nacionales y grandes compañías, la seguridad tecnológica se convirtió en una de las marcas más negras durante el año pasado.

Tratar de cambiar el enfoque de seguridad escalonada a una visión perimetral que proteja algunos puntos de acceso dentro de una malla de ciberseguridad podría revolucionar la manera de crear productos, aplicaciones y ambientes digitales libres de criminales, especialmente porque exige un mayor número de vulnerabilidades que los métodos tradicionales.

Este tema también se acompaña de un movimiento cada vez más amplió sobre el derecho a la cultura y el libre uso de propiedad intelectual para fines educativos con el objetivo de erradicar las disparidades en este ámbito, lo que en muchas ocasiones implica violar códigos de seguridad, hackeo de sistemas de protección y piratería ética.

Computación cuántica

El 2022 se convertirá en el año de la computación cuántica, que se describe como una forma alterna de programación capaz de modelar datos a una velocidad imposible para los modelos actuales, y que podría permitir la evaluación de riesgos de todo tiempo en una fracción de segundos.

A diferencia de la programación clásica que acomoda los bits uno o cero en una sola posición en el tiempo, la computación cuántica utiliza cubits, lo que permite que estos valores estén encendidos al mismo tiempo en la misma ubicación para agilizar el tiempo de procesamiento de los ordenadores a solo microsegundos.

Las principales áreas de uso para la computación cuántica son los negocios o finanzas por su alta capacidad para optimizar las carteras de inversión, así como mejorar la detección de fraudes y simulaciones bancarias, lo que permitiría una mayor confianza en este tipo de operaciones.

Otros sectores como el de la salud pública podrían tener grandes beneficios de este tipo de programación ya que el desarrollo de tratamientos personalizados genéticamente podría acelerarse de manera significativa en los próximos años, especialmente porque los modelos de simulación necesarios para algo tan específico se tendrían en cuestión de segundos.

79 billones de gigabytes en datos hay en el mundo, lo que representa la mitad de las estimaciones de consumo global para los próximos tres años.

Dispositivos que “sienten”

El 2022 también será el punto de inicio para la comercialización de dispositivos que permitirán a los usuarios experimentar otras sensaciones más allá de lo visual; desde pantallas que pueden transmitir sabores, hasta tecnología totalmente usable, este año estará repleto de experiencias que desafiarán el concepto de inmersión digital.

Las computadoras que sean capaces de retroalimentarse y producir sensaciones de tacto, olfato o gusto serán cada vez más comunes, lo que permitirá que la vida cotidiana se imite con mayor cercanía en los ambientes digitales.