Apenas unos meses después de que se publicó un estudio que encontró que el consumo de alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de tener demencia, este lunes se publicó otro que detecta que su consumo también está asociado con el deterioro cognitivo en general.
El nuevo estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association, deriva sus conclusiones del análisis de los datos de 10 mil 775 participantes, entre los cuales, destaca que en el reporte el equipo de investigación de diversas instituciones brasileñas, había una amplia diversidad étnica y de estudios.
Después de seguir a los voluntarios durante un lapsos de seis a 10 años, se detectó que la cuarta parte de las personas con el mayor consumo de alimentos ultraprocesados mostraron una tasa de deterioro cognitivo global
28 % más rápida y una tasa de disminución de la función ejecutiva un 25 % más rápida, en comparación con la cuarta parte las personas que menos incluían este tipo de alimentos en su dieta.
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Este deterioro cognitivo asociado a los ultraprocesados se detectó incluso en los participantes menores de 60 años, “lo que sugiere la importancia de las intervenciones preventivas en adultos de mediana edad”, señalan los autores en el reporte.
Según estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) —informó a mediados de 2021 Lizbeth Moreno Loaeza, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Salvador Zubirán—, México es el país con la mayor venta y distribución de productos en América Latina y el cuarto consumidor de estos productos a nivel mundial, pues tan sólo en 2015, se consumieron 214 kilogramos de productos ultraprocesados por persona.
Cabe agregar que el pasado 1 de diciembre de 2022, la misma OPS destacó la publicación de un estudio en la revista Lancet Regional Health Americas, que mostraba que el etiquetado frontal de advertencia nutricional, que se utiliza en México y en otros seis países de Latinoamérica, puede ayudar a reducir las enfermedades no transmisibles, relacionadas con la mala nutrición, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la presión arterial alta, algunos tipos de cáncer y ahora se podría sumar el deterioro cognitivo y la demencia.
214 kilos de comida ultraprocesada se consumieron por persona durante el 2015.
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