A poco más de ocho meses desde que inició la guerra con Rusia, los ucranianos se enfrentan a otro enemigo: el invierno, cuya amenaza ha aumentado gracias a los bombardeos de las infraestructuras energéticas del país. Esto ha provocado que millones de hogares se queden sin electricidad en el momento en que comienzan las primeras nevadas en el país.
Al respecto, Hans Kluge, director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, alertó que hasta tres millones de ucranianos podrán verse obligados a dejar sus hogares en busca de seguridad y calor.
Pero la amenaza no se limita al frío, ya que la falta de energía conlleva problemas de salud.
“Tendrán que enfrentar desafíos sanitarios, incluyendo infecciones respiratorias como el Covid-19, la neumonía o la gripe. Además, habrá un grave riesgo de difteria y sarampión para una población insuficientemente vacunada”, detalló Kluge. “Los daños ya están teniendo efectos letales en el sistema sanitario y en la salud de la gente”, puntualizó.
Por su parte, las propias autoridades de Jersón hicieron un llamado a los habitantes de dicha ciudad a evacuar durante el invierno. Recientemente liberada de las fuerzas rusas, Jersón planea reubicar temporalmente a sus ciudadanos en otras áreas de Ucrania que sí cuenten con el suministro eléctrico, y según Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra del Ministerio de Reintegración de Territorios Ocupados Temporalmente, los afectados podrían ser alojados en Kryvyi Rih, Mykolaiv y Odesa, con una posible reubicación adicional en la región de Kirovohrad, la región de Khmelnytskyi o las regiones occidentales de Ucrania.
Los ataques contra la red eléctrica ucraniana se dan tras una serie de retrocesos rusos en el campo de batalla, incluida su retirada de la ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania.
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