Una vez más, el apoyo de Estados Unidos en la guerra de Ucrania contra Rusia vuelve a levantar polémica. Y es que después de la entrega de las controvertidas bombas de racimo —prohibidas en la mayoría de los países por su capacidad de herir y matar a varios metros a la redonda—, un nuevo paquete de ayuda vuelve a levantar cuestionamientos y preocupación.
Se trata de la entrega de municiones de uranio empobrecido, un arma muy eficaz a la hora de perforar vehículos blindados, pero controvertida por sus riesgos de toxicidad para los militares y la población civil. El apoyo consta de proyectiles de 120 mm que se usarán en los 31 tanques, también incluidos en la asistencia.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUE) ha puntualizado que el uranio empobrecido es un “metal pesado, química y radiológicamente contaminante”. Al golpear su objetivo, los proyectiles perforantes esparcen polvo y fragmentos de uranio.
El peligro de este tipo de armas yace en la radioactividad presente en el uranio. El elemento es usado comúnmente en bombas nucleares, y pese a que es una concentración diferente, la Agencia Internacional de Energía Atómica ha señalado que su uso requiere la menor manipulación posible y el uso de equipo protector, especialmente en las manos.
Otro de los peligros radica en los aerosoles que se liberan tras el impacto. Las partículas pueden ser inhaladas o ingeridas, y aunque gran parte de ellas pueden salir del cuerpo tras unas horas, otra parte permanece en el torrente sanguíneo, con la posibilidad de ocasionar daño renal.
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Si una persona inhala grandes cantidades de partículas durante un largo periodo, “la principal preocupación para la salud será el aumento del riesgo de cáncer de pulmón”, subrayó la comisión canadiense de seguridad nuclear.
Sin embargo, tanto Estados Unidos como Ucrania han puesto de manifiesto la utilidad de estos proyectiles, ya que gracias a su alta densidad, son altamente eficaces para atravesar el blindaje de los vehículos y buques rusos.
Tras el anuncio de la entrega de proyectiles de uranio empobrecido, el gobierno de Rusia respondió denunciando que la decisión estadounidense es “un indicador de inhumanidad”. Asimismo, aseguró que “Estados Unidos se engaña a sí mismo al negarse a aceptar el fracaso de la llamada contraofensiva del ejército ucraniano”.
Por su parte, María Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, se preguntó si era “una mentira o una estupidez”.
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