Los esfuerzos de Ucrania por defenderse han puesto en riesgo a sus propios ciudadanos, según un reporte de Amnistía Internacional (AI) que señala que el uso de sistemas de armas en áreas residenciales pobladas —incluidos escuelas y hospitales—, así como las bases y sistemas de armas representan una amenaza equiparable a la que representa el ejército de Rusia.
El informe, publicado tras una investigación de cuatro meses, afirma que estas acciones fueron llevadas a cabo por el ejército ucraniano, y dado que se trata de una amenaza a la vida de civiles y personal médico, viola el derecho humanitario internacional. AI también subrayó que las tácticas ucranianas “no justifican en absoluto los ataques indiscriminados rusos” contra la población civil.
Tras la difusión del documento, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenski respondió con indignación al afirmar que transfiere la responsabilidad del agresor a la víctima. “La agresión contra nuestro Estado es injustificada, invasiva y terrorista. Si alguien escribe un informe en el que se equipara de algún modo a la víctima y al agresor, si se analizan algunos datos de la víctima y se ignoran las acciones del agresor, esto no se puede tolerar”, puntualizó.
La indignación fue compartida por el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, quien calificó el informe como “acusaciones injustas”.
Sin embargo, los ojos de la justicia internacional también están pendientes en Ucrania por el reciente bombardeo de una cárcel en la que se encontraban prisioneros de guerra en un territorio controlado por los separatistas prorrusos. Tanto el país invadido como Ucrania se acusan mutuamente por este hecho que dejó más de 50 muertos y constituye un crimen de guerra, motivo por el que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), creará una comisión especial para investigar el hecho. Al respecto, el Kremlin, que solicitó dicha investigación, dijo que “Ucrania mató a sus soldados que estaban en cautiverio. Había muchos heridos. Hay pruebas sólidas y no hay nada que ocultar”.
Sanciones en Rusia
Aún sin definir un posible intercambio de prisioneros entre Rusia y Estados Unidos, el gobierno de Vladímir Putin sentenció a nueve años de prisión a la basquetbolista Brittney Griner, arrestada en su territorio poco antes del comienzo de la invasión a Ucrania, por trafico de drogas.
Brittney Griner, de 31 años es considerada una de las mejores basquetbolistas del mundo, y fue detenida en el aeropuerto internacional de Rusia en posesión de una pequeña cantidad de líquido de vaporizador a base de cannabis. “Nunca quise hacer daño a nadie, nunca tuve la intención de poner a la población rusa en peligro ni de violar la ley de este lugar”, declaró este jueves tras conocer su sentencia.
La sentencia, calificada como “inaceptable” por el presidente Joe Biden, podría reforzar las intenciones de su gobierno por confirmar el intercambio, en cuyo caso es posible que Viktor Bout, celebre traficante de armas ruso regrese a su hogar.
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