Este lunes, los temores de Ucrania respecto a su adhesión a la Unión Europea (UE) volvieron a presentarse, esto después de que el gobierno de Hungría se mostró dispuesto a bloquear un consenso a pocos días de una cumbre de los países miembro para discutir el tema.
Fue Viktor Orban, primer ministro de Hungría, quien dejó ver la posibilidad de bloquear las aspiraciones ucranianas. Por medio de una carta abierta, Orban especificó que antes de aceptar a Ucrania como miembro, Europa debería iniciar un “debate estratégico” sobre las relaciones con dicho país. Tal decisión retrasaría la adhesión del país invadido, y de no llegar a un acuerdo, podría incluso eliminar toda posibilidad de formar parte del bloque.
Según lo dicho por el primer ministro, en la reunión que se llevará a cabo este jueves, debería eliminarse toda conversación sobre Ucrania, ya que “la obvia falta de consenso conducirá inevitablemente al fracaso”.
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En respuesta, Dmitro Kuleba, jefe de la diplomacia ucraniana, advirtió sobre las consecuencias de tomar tal medida. “No quiero siquiera hablar de las consecuencias devastadoras que se producirían si el Consejo Europeo fracasa en tomar una decisión, no solamente para Ucrania, sino también para la ampliación”, fueron sus palabras.
Este no ha sido el único golpe diplomático para Ucrania en los últimos días. En su visita a América Latina —antes de asistir a la toma de posesión de Javier Milei como presidente de Argentina—, al presidente Volodymyr Zelenski se le negó un encuentro con su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva.
El argumento utilizado por el gobierno de Brasil fue la poca antelación del ucraniano para solicitar la cita, ya que se estaba llevando a cabo la cumbre del Mercosur en Río junto a diplomáticos.
Sin embargo, otros medios de comunicación aseguraron que el presidente Lula no tenía citas oficiales el día del aterrizaje de Zelenski.
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