Turquía prometió este domingo revelar “la cruda verdad” sobre la muerte del periodista saudita opositor, Jamal Khashoggi, quien fue asesinado el 2 de octubre en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, tal como finalmente reconoció Riad el sábado. “Estamos buscando justicia y esto se revelará con su cruda realidad, no a través de algunos pasos ordinarios sino con toda su verdad al desnudo”, advirtió el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien prometió una declaración sobre el tema el martes. El reino saudita admitió el sábado que Khashoggi, columnista del diario The Washington Post y crítico con el poder en Riad, fue asesinado dentro del consulado. Durante dos semanas Riad había negado la muerte y asegurado que el periodista había salido del consulado. Riad dijo que despidió a cinco altos funcionarios y arrestó a otros 18 saudíes como resultado de la investigación preliminar. Este domingo, el ministro de Asuntos Exteriores saudita, Adel al Jubeir, abundó a la cadena televisiva estadounidense Fox News que “ignoramos donde esta el cuerpo”. El homicidio sigue teniendo muchos aspectos sin aclarar y los occidentales reclamaron más explicaciones. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo que “hubo engaños y mentiras”, por parte del gobierno saudita, cambiando su postura de dar el beneficio de la duda a Riad, aunque mantiene la opción que el príncipe heredero no estuviese al corriente. “Hay una posibilidad de que (el príncipe Mohammed bin Salmán) lo descubriera (el asesinato) después. Podría ser que algo en el edificio salió mal”, dijo Trump al Washington Post. Gran Bretaña, Francia y Alemania dijeron en un comunicado conjunto que existe “una necesidad urgente de aclaración” sobre las circunstancias de la muerte “inaceptable” del periodista. Hay “una necesidad urgente de aclaración sobre qué es lo que sucedió exactamente el 2 de octubre, más allá de las hipótesis hasta ahora mencionadas por la investigación saudíta, que tienen que ser respaldadas por hechos para ser consideradas como creíbles”, señaló el comunicado.
La historia según los sauditas
Las autoridades sauditas admitieron el sábado que Khashoggi murió en el interior del consulado donde había acudido a realizar un trámite. “Las conversaciones que tuvieron lugar entre él y las personas que lo recibieron en el consulado saudita en Estambul dieron lugar a una reyerta y, a una pelea a puñetazos con el ciudadano Jamal Khashoggi, lo que provocó su muerte”, dijo el fiscal general saudita, Saud al Mojeb, según la agencia oficial SPA. El ministerio de Información saudita afirmó que las personas que interrogaron a Khashoggi, quien tenía 59 años, habían intentado “ocultar lo que pasó", sin dar más detalles. De acuerdo con responsables turcos, Khashoggi fue torturado y salvajemente asesinado por agentes sauditas que viajaron con ese fin desde Riad. Y según periódicos turcos, el cuerpo del periodista, colaborador con The Washington Post, habría sido desmembrado. El número dos de la Inteligencia saudita, Ahmad al Asiri, y un importante consejero de la corte real, Saud al Qahtani, ambos cercanos colaboradores del príncipe heredero, fueron destituidos, anunció Riad. Para algunos analistas occidentales, estas destituciones y detenciones son una forma de señalar chivos expiatorios y de mantener al margen del caso al príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, considerado el hombre fuerte del reino y para quien Khashoggi era un “enemigo”.
“Rendirán cuentas”
Los principales aliados de Riad en la región -Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Egipto, Jordania, Omán y la Autoridad Palestina-saludaron los anuncios sauditas. La prensa gubernamental del reino celebraba este domingo las decisiones y medidas adoptadas por las autoridades sauditas. “La justicia continúa”, los responsables “rendirán cuentas”, titulaba el diario Okaz. “El reino de la justicia y la firmeza”, calificaba en la tapa Al Riyadh. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos seguían movilizadas. Amnistía Internacional (AI) dijo que las conclusiones sauditas no son “dignas de confianza” y pidió una investigación independiente; en tanto Reporteros Sin Fronteras (RSF) llamó a mantener la “presión” sobre Riad. Además de la crisis de credibilidad, el escándalo internacional provocado por la desaparición de Khashoggi alimentó las especulaciones de que el príncipe heredero podría ser apartado del poder por miembros de la familia real irritados por sus “abusos”. Pero, entre los decretos del sábado, su padre, el rey Salmán, anunció la formación de una comisión ministerial dirigida por Mohamed bin Salmán para reorganizar los servicios de inteligencia, mostrando así su intención de mantenerlo como heredero. Para Michael Stephens, experto del Royal United Services Institute, esta crisis es uno de los momentos más “sísmicos en Oriente Medio desde la Primavera Árabe”, en 2011.NM