Tras los contagios de Covid-19 en miembros de la Casa Blanca (entre los que se incluye el mismo Presidente), el segundo debate entre los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos fue reemplazado con eventos en los que Biden y Trump respondieron las preguntas de los votantes.
En Miami, el mandatario estadounidense enfocó sus respuestas a los aspectos económicos de su país, sin olvidar sus logros en el ámbito de seguridad y trabajo.
Respecto a su salud, admitió que no recuerda si se hizo una prueba de Covid-19 para el debate con Biden, el pasado 29 de septiembre. “Como Presidente, la gente me abraza, no voy a permitir que no lo hagan”, afirmó.
En cuanto a las interrogantes sobre su aparente simpatía hacia la “supremacía blanca”, dijo haberla denunciado durante años, aunque también aprovechó para lanzar algunos ataques contra el movimiento “Antifa” y “la gente que se dedica a quemar ciudades”.
Aunque mencionó que apoyará a los dreamers, aseguró que trabaja con México y aprovechó para reafirmar su idea de la construcción del muro y la migración.
Por su parte, Joe Biden, en Pensilvania, se dedicó a hablar de temas más sociales en sus respuestas, incluyendo la desigualdad para la comunidad negra, además de despenalizar el consumo de mariguana. Así, enfocó parte de su discurso en cambiar el sistema penal que se dedica a “castigar para rehabilitar”, en especial a los afroamericanos, por lo que también externó su apoyo para la comunidad LGBTTI y al rescate al programa de salud Obamacare.
De llegar a la Presidencia, dijo, aunque no prohibirá el fracking, si impulsará la energía renovable, especialmente solar y eólica, por lo que planea eliminar subsidios al petróleo y dejar de usar carbón en el país en pocos años.