Redacción ejecentral
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió hacer competencia a la gala de los premios Oscar con la celebración esta noche en la Casa Blanca del baile de los gobernadores, la primera gran fiesta que el mandatario organiza desde que llegó al poder, hace poco más de un mes.
Mientras que Los Angeles se vuelve loca con el frenesí de los preparativos para la ceremonia de los premios cinematográficos, Trump y su esposa Melania serán los anfitriones en Washington de un baile al que están invitados los líderes de los 50 estados del país, tanto demócratas como republicanos.
“Estoy orgullosa de poder invitar a todos los gobernadores a la Casa Blanca para este importante evento anual” dijo en un breve comunicado la primera dama.
“Esta noche, nos unimos como una sola nación dejando atrás las posiciones políticas y los intereses partidistas”, añadió Melania, que hará de maestra de ceremonias y tratará de silenciar a aquellos que critican que la primera dama se ausenta de la Casa Blanca para vivir en Manhattan con su hijo.
El presidente aseguró en un tuit que durante la cena habrá “mucho que discutir”, incluyendo temas como asistencia médica. (una de sus promesas de campaña fue erradicar la reforma de salud del presidente Obama, “Obamacare”).
De esta forma, a pesar de su notable experiencia en el mundo del espectáculo, Trump intentará esta noche, a través del encuentro con otros políticos, alejarse de conexión al mundo de la farándula y las críticas hacia su nombre que probablemente lloverán durante la ceremonia de los Óscar, que comienza a las 17:30 hrs, local de Los Ángeles (01.30 GMT del lunes).
Esta 89 edición de los premios de la Academia de Hollywood promete ser muy política. Lo que no parece tan claro es la respuesta que adoptará Trump, siempre imprevisible. Con información de EFE. AS.
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