El gobierno de Donald Trump pudo evitar hasta 150 mil defunciones por Covid-19 si se hubiera apegado a las recomendaciones científicas sobre el uso de mascarillas, distanciamiento social y comunicación de riesgo adecuados durante el invierno del año pasado, esto según las declaraciones de la doctora Deborah Birx, ex-coordinadora de la respuesta ante la pandemia de la Casa Blanca.
La funcionaria declaró, en una audiencia a puerta cerrada ante el Subcomité Selecto de la Cámara sobre la Crisis del Coronavirus, que “si hubiéramos implementado completamente la obligatoriedad de las mascarillas en espacios públicos, aumentado el número de pruebas, así como una mejor comunicación de riesgo para que los amigos y las familias comprendieran el peligro de reunirse en casa, probablemente podríamos haber reducido las muertes entre 30 y 40% durante ese periodo”.
Jim Clyburn, presidente del panel selecto, sentenció que “el relato de Birx mostraba cómo la priorización de la política por parte de Trump y su negativa a seguir los consejos de los expertos en salud pública socavaron la respuesta de Covid-19. Es una tragedia en la que se podrían haber salvado más de 130 mil vidas estadounidenses si la Administración anterior y los gobernadores republicanos hubieran escuchado a los científicos e implementado medidas de mitigación comprobadas para detener la propagación del virus”.
Birx también señaló que los asesores de salud en la Casa Blanca estaban divididos respecto al manejo adecuado de la pandemia, y señaló como principal responsable de esta ruptura al neurorradiólogo Scott Atlas, quien aparentemente presentó datos incompletos que dieron una visión sesgada y peligrosa sobre las proyecciones reales de esta crisis en Estados Unidos.
En su declaración, la doctora Birx aseguró que Atlas apostó por permitir que el virus se esparciera libremente entre la población en busca de la llamada “inmunidad de rebaño” durante el otoño del año pasado, cuando Estados Unidos se aproximaba a una tercera ola de contagios y muertes por Covid-19.
Por su parte, Scott Atlas negó estas acusaciones y señaló en un comunicado que “nunca aconsejé al presidente, al grupo de trabajo o nadie más mientras estaba en Washington que permitiera que el virus se propagara”, además, el exempleado especial de la Casa Blanca arremetió contra Birx, y puntualizó que “no es una sorpresa que quiera culpar a otros por el fracaso de sus políticas”.