Tras mantener en vilo a Washington con su amenaza de vetar la ley de presupuesto federal y precipitar un nuevo cierre del gobierno, el presidente Donald Trumpfinalmente promulgó el viernes la norma, aunque no sin quejarse del acuerdo alcanzado en el Congreso estadounidense. “He firmado la ley”, dijo el mandatario en la Casa Blanca, poniendo fin a la posibilidad de un nuevo “shutdown” del gobierno a la medianoche por falta de fondos. El presidente había sorprendido a toda la clase política al amenazar, en un tuit, con vetar la ley aprobada horas antes. La víspera, su propio director de Presupuesto había puesto la mano en el corazón de que el presidente firmaría el texto. En una declaración en la que describió la situación como “ridícula”, Trump dijo que finalmente había firmado la ley como una “cuestión de seguridad nacional” y para reforzar a las fuerzas militares, pero dijo que contenía muchos elementos con los que estaba “descontento”. “Nunca firmaré otra ley como ésta”, advirtió, sin mostrarse estampando su rúbrica frente a las cámaras, como lo hace con frecuencia. Lo ocurrido refuerza la impresión de que en la Casa Blanca reina la confusión. “Los estadounidenses necesitan liderazgo en la Casa Blanca, no más caos deliberado”, dijo el senador demócrata Richard Blumenthal en Twitter. El jueves, la danza de puestos en el equipo de Trump continuó con el despido del asesor de Seguridad nacional, el general H.R. McMaster, que será reemplazado por el “halcón” y exembajador ante la ONU, John Bolton. Al promulgar la ley de presupuesto, Trump evitó el tercer cierre parcial del gobierno federal del año por falta de financiación. Más temprano había argumentado que evaluaba el veto ante la falta de compromiso en temas de inmigración y seguridad, en particular porque no incluye los fondos necesarios para el muro que quiere construir en la frontera con México. “Estoy considerando un VETO de la ley de presupuesto basado en el hecho de que los más de 800.000 destinatarios de DACA han sido totalmente abandonados por los demócratas (ni siquiera se mencionan en la ley) y el MURO FRONTERIZO, que se necesita desesperadamente para nuestra defensa nacional, no está totalmente financiado”, había escrito el mandatario en Twitter. La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) es un programa de permisos de residencia temporal para jóvenes inmigrantes ilegales, creado por el expresidente Barack Obama y eliminado en septiembre pasado por Trump, quien entonces desafió al Congreso a votar una reforma migratoria para reemplazarlo. El anuncio de un posible veto fue aún más sorprendente ya que la mayoría de los legisladores ya se había ido de la capital federal para un receso de dos semanas.
“Dreamers” aún en el limbo
La ley de presupuesto, de casi 1,3 billones de dólares, de los cuales 700.000 millones son para Defensa, fue negociada durante semanas por la mayoría republicana y la oposición demócrata. El texto aprobado permitirá el funcionamiento del Estado federal hasta el final del presente año fiscal, el 30 de septiembre. Tanto Trump como los republicanos y los demócratas, que cuentan con una minoría de bloqueo en el Senado, buscaron durante meses un acuerdo para regularizar a cientos de miles de jóvenes inmigrantes (“Dreamers”), la gran mayoría de origen latinoamericano, a cambio de endurecer la política migratoria y de financiar la construcción del muro fronterizo que el mandatario prometió en su campaña y que defiende contra viento y marea. Pero fue imposible alcanzar un acuerdo. Al final, Trump solo consiguió 1.600 millones de dólares para construir cercas o renovar algunas decenas de kilómetros del muro, mucho menos de los 25.000 millones de dólares que había pedido inicialmente. Y los demócratas no lograron nada para los “dreamers”. Decenas de republicanos conservadores votaron además en contra de la ley en protesta por el aumento significativo del gasto público. La bancada conservadora del Freedom Caucus había alentado incluso al presidente a vetarla. Los demócratas acusaron al presidente de hipocresía. “No olvidemos que usted derogó el DACA y torpedeó todos los posibles acuerdos bipartidistas. Esto es su culpa”, dijo el demócrata Tim Ryan.