Trump encumbra a Goldman Sachs

10 de Enero de 2025

Trump encumbra a Goldman Sachs

INTERCEPT-GodlmanS

Intercept_ | En acto de pragmatismo puro, nombró a 2 directivos del banco que fue su blanco antes

INTERCEPT-GodlmanS Gary Cohn a su llegada a la Trump Tower el pasado 29 de noviembre. Foto: Intercept.com

Jon Schuartz | Intercept_

Es hora de que, como país, nos unamos y felicitemos al ganador de las elecciones presidenciales de 2016: Goldman Sachs.

Muchos de quienes votaron por Donald Trump probablemente creían que su victoria sería una pérdida para Goldman. En la convención republicana, un hombre que retomó los ataques de Trump a Goldman en Twitter gritó seriamente “¡Goldman Sachs!” a la esposa de Ted Cruz, una prominente banquera, mientras ésta huía del piso de la convención.

En su video final de campaña, Trump incluso declaró que lucharía contra la “estructura de poder global que es responsable de las decisiones económicas que le han robado a nuestra clase obrera, despojado a nuestro país de su riqueza y que ponen ese dinero en los bolsillos de un puñado de grandes corporaciones”, mientras mostraba en pantalla al CEO de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein.

›Pero eso fue entonces. Como dijo Anthony Scaramucci, gerente de fondos de cobertura y consejero de Trump, así como exbanquero de Goldman Sachs: “Creo que la intriga contra los banqueros ha terminado”.

Los titulares del viernes 9 de diciembre fueron que el director del Consejo Económico Nacional de Trump será Gary Cohn, presidente y director de operaciones de Goldman Sachs. Mientras tanto, la selección de Trump para secretario del Tesoro es Steven Mnuchin, un socio de Goldman Sachs, cuyo padre también fue socio de Goldman. Stephen Bannon, estratega en jefe de Trump, también trabajó una vez para Goldman.

Por supuesto, una victoria de Hillary Clinton habría sido también una victoria para Goldman Sachs. La empresa le pagó 675 mil dólares por tres discursos, ya había recibido grandes donaciones de campaña de Blankfein, y su yerno administra un fondo de cobertura cuyos inversionistas incluyen a Blankfein.

Goldman también ganó las elecciones en 2008 y 2012. Barack Obama recibió más dinero de los empleados de Goldman Sachs que de cualquier otra empresa. Tim Geithner, el primer secretario del Tesoro de Obama, fue el protegido del copresidente de Goldman, Robert Rubin. El Departamento de Justicia de Obama nunca persiguió a Goldman criminalmente, a pesar de la copiosa evidencia de una investigación del Senado de que había violado la ley.

Antes de eso, Goldman ganó las elecciones en 2000 y 2004. George W. Bush reclutó a Hank Paulson directamente de Goldman —donde era presidente y CEO— y lo convirtió en su secretario del Tesoro. Paulson supervisó el enorme rescate de Wall Street que evitó que Goldman se derrumbara (para que posteriormente pudiera convertir a Blankfein en un multimillonario) con la ayuda del exbanquero de Goldman Neel Kashkari. Y ellos eran sólo dos de un número elevado de empleados de Goldman en la administración Bush.

›En una muestra de pragmatismo puro, el presidente electo de EU nombró como secretario del Tesoro y como director del Consejo Económico Nacional a dos directivos de Goldman Sach, el banco que durante la campaña presidencial fue acusado por el republicano de haber ”robado a nuestra clase trabajadora”

Las victorias de Goldman en 1992 y 1996 se manifestaron cuando el antecesor de Bush, Bill Clinton, hizo de Rubin su secretario del Tesoro. Rubin jugó un papel decisivo en la derogación de la ley Glass-Steagall, una regulación bancaria de la era de la Depresión que separaba la banca comercial de la de inversión. Durante la crisis de 2008, Goldman aprovechó la ausencia de esa ley para convertirse en un holding bancario, lo que le dio acceso adicional a los préstamos de la Reserva Federal.

Las acciones de Goldman Sachs han subido 33% desde las elecciones de 2016, y el propio Blankfein ronronea como un gatito. Trump, dice el banquero, “no es peligroso” y “no soy pesimista porque ganó… el señor Trump puede resultar un presidente mucho mejor que cualquiera que hubiera estado en ese lugar”.

¿Y los ataques personales en su contra? “Ésa era la retórica en el calor de la batalla política; yo no me los tomé personal”. Esto contrasta mucho con la perspectiva de Blankfein sobre Bernie Sanders, a quien calificó hace unos meses de “peligroso”.

Así que hagan todas las elecciones que quieran. Demócratas y republicanos pueden perder; pasa todo el tiempo. Pero Goldman Sachs siempre gana.