Trump después de Stephen Bannon

11 de Enero de 2025

Trump después de Stephen Bannon

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Las confrontaciones provocaron una cantidad de filtraciones desde el interior de la administración

La estrategia del gobierno quedó en manos de militares como personajes en los que confía y que escucha el presidente de EU, especialmente a su jefe de gabinete, John Kelly

“Dick Cheney. Darth Vader. Satán. Eso es poder… No soy un nacionalista blanco, soy nacionalista. Soy un nacionalista económico. Los globalistas destruyeron a la clase obrera estadunidense y crearon una clase media en Asia. Ahora es el tiempo de los estadunidenses que buscan que no los jodan más. Si somos exitosos, obtendremos el 60 por ciento del voto blanco y el 40 por ciento del voto negro e hispano y gobernaremos por 50 años. Eso es lo que perdieron los demócratas y no se dieron cuenta: Perdieron de vista lo que es el mundo.” Así hablaba Stephen Bannon, uno de los principales asesores de Donald Trump en la Casa Blanca. Un hombre con mucho poder, pero de pocas palabras. Un tipo que gusta de la fama que se ha creado a partir del portal Breitbart News, y posteriormente como jefe de campaña y asesor principal de Trump hasta sus primeros meses como presidente de los Estados Unidos. Pocas veces tuvo contacto con la prensa durante su gestión como asesor del presidente, pero cuando lo tuvo, se encargó de dejar muy en claro la ideología con la cual empujó a Trump y su campaña como candidato. Lo que muchos consideraban impensable, ocurrió. Stephen Bannon fue despedido por Trump tras la crisis política y social en la que cayó tras los enfrentamientos violentos y demostraciones de odio que ocurrieron hace algunas semanas en Charlottesville, Virginia. La respuesta de Trump dejó incrédula a la prensa estadunidense, y gran parte del sector social y empresarial del país. La defensa que hizo de Ku Klux Klan, neonazis y otros grupos de odio, provocó la disolución del consejo empresarial que servía a la Casa Blanca, así como la crítica de empresarios y la reprobación de los medios de comunicación. Un flanco que dejó abierto durante sus vacaciones de 17 días, y que seguramente asesorado por la parte de la ultraderecha y nacionalista de la Casa Blanca, representada en gran medida por Bannon, tuvo el peor momento en los siete meses de presidencia y que le han provocado la mayor desestabilización hasta el momento.

Al otro lado. Steve Bannon regresará a la dirección de Breitbar News, pero ha dejado claro que la guerra contra Jared Kushner apenas comienza.

Y vaya que eso ya es decir. Bien conocida y en varias ocasiones registrada en este espacio, la guerra por el poder al interior de la Casa Blanca y el acercamiento de muchos para ocupar el oído del presidente, tuvo en todo momento a Bannon como el actor principal que buscó por varios meses acabar con sus enemigos al interior de la Casa Blanca, inclusive a costa de la estabilidad de la administración y del propio presidente Trump. Jared Kushner, Reince Priebus, John Kelly y Kelly Anne Conway entre otros, se enfrentaron con Steve Bannon en algún momento de la corta presidencia de Donald Trump.

›Las confrontaciones provocaron una cantidad importante de filtraciones desde el interior de la administración o la publicación de información falsa entre otras estrategias utilizadas por Bannon, maestro de la propaganda y comunicación, y que dañaron a Trump a costa de un proyecto nacionalista, aislacionista y supremacista.

La afirmación que hizo Bannon a su salida de que la presidencia de Trump se ha acabado, hace referencia a la agenda y proyecto de nación que Bannon y sus seguidores visualizan, y que hoy ha quedado vacante en el planteamiento de gobierno que seguramente tendrá Trump de ahora en adelante. A cuatro días de la salida de Bannon de la gestión Trump, ésta anunció la ampliación de su presencia y el envío de cuatro mil efectivos más a Afganistán, como parte de la estrategia de un gobierno que quedó en manos de militares tras la salida de Bannon. John Kelly, H. R. McMaster y el General James Mad Dog Mattis controlan puntos esenciales de un gobierno que ha cambiado en personal de manera dramática, pero que los ha posicionado como personajes en los que confía Trump y a los que escucha. El sentimiento patriótico de unión a partir de la guerra a la que apeló Trump en su discurso sobre Afganistán, muestra el nuevo enfoque que la administración tomará tras la salida de Bannon: un ferviente opositor de la intervención estadunidense en el mundo. Desde que llegó John Kelly a la jefatura de la oficina de la presidencia, muchos se preguntaban la atención verdadera que Trump le podría prestar al exgeneral convertido en jefe de gabinete. Desde que fue designado, la salida inmediata de Anthony Scaramucci como coordinador de comunicación de la Casa Blanca, tras una explosiva entrevista, dejó ver el poder y mando que Kelly habría de tener al interior del gobierno. Pasada la sacudida, la salida de Bannon como uno de los principales estrategas fue una segunda muestra de la conducción que Kelly le pretende dar al gabinete en ese sentido. Un hombre como Bannon que peleó ferozmente desde el interior para avanzar su agenda, se vio confrontado con pared cuando Trump emitió aquel mensaje de apoyo a los movimientos de odio y el costo político se elevó demasiado tras las reacciones de la prensa y clase política. Bannon se convirtió en un personaje insostenible en el recuento de daños y su salida ha sido una cura menor para el escándalo que aún no se apaga y ha provocado una división racial no vista desde el movimiento por los derechos civiles. La gran pregunta es qué papel jugará Bannon desde fuera de la Casa Blanca, ahora encabezando de nueva cuenta el portal de Breitbart News y que su nombre se ha convertido en una especie de leyenda para los movimientos ultranacionalistas y una maldición para el ala progresista de la sociedad y medios estadunidenses. Ha dejado en claro que la guerra contra Kushner y compañía apenas comienza, y seguramente la venganza será fuerte en cuanto a información y lodo le puedan encontrar en su pasado y negocios. Bannon cuenta con un arma poderosa para un sector clave en la reelección de Trump y su proyecto de gobierno. De alguna forma, algún pacto y reconciliación le conviene a Trump por la tranquilidad de él, su gobierno y familia; de lo contrario, tendrá que salir a buscarse amigos y aliados que le ayuden a contrarrestar una guerra que le ha costado un pacto con el diablo, que si bien le dio el triunfo final para llegar a la a Casa Blanca, ha demostrado ser la alianza más costosa en muchos sentidos y que podría ser a final de cuentas , el principal motivo de su implosión.