Trump ahorcaría industria automotriz

21 de Abril de 2025

Trump ahorcaría industria automotriz

Desempleo en 3 países y contracción de casi 17 millones de autos ligeros por cambios al TLC: CAR

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Francisco Pazos

Una ruptura de la industria automotriz de Estados Unidos con México y Canadá desataría una tormenta en la que 31 mil empleos se perderían de forma casi inmediata. Tan sólo en el país vecino del norte, y en sus dos socios se reflejaría en un detrimento de alrededor de seis mil 500 empleos adicionales.

Se trata del sector es estratégico para el crecimiento y expansión de la economía estadunidense, dentro y fuera de sus fronteras, y significa un combustible con valor de 51.8 billones de dólares, tan sólo como resultado del intercambio comercial con México y Canadá, detalló un documento que realizó el Center of Automotive Research (CAR).

Si el presidente Donald Trump cumple su amenaza de dejar el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) o si levanta un muro arancelario de 35% a los productos y bienes vinculados a la cadena productiva de la industria automotriz, el desempleo amenazará a la región y su economía perderá competitividad e influencia internacional en materia regulatoria.

Y es que CAR, que aglutina a los principales productores de automóviles asentados en Estados Unidos, detalló que alguna de esas modificaciones en el TLC impactaría también negativamente a industrias como la química, del plástico, eléctrica y de electrónicos, así como la investigación y el desarrollo del sector.

El documento que el CAR elaboró consideró los reportes que ha transparentado la Secretaría de Comercio de Estados Unidos, dependencia que encabezará las negociaciones del TLCAN; además de estudios que han hecho organizaciones relacionadas directamente con el sector automotriz e investigaciones académicas sobre los efectos del tratado en las últimas dos décadas.

Los efectos negativos, sostiene el documento, impactarían en tres niveles: para los productores, principalmente de vehículos ligeros; para los fabricantes de autopartes, que resentirían un daño colateral, y para los concesionarios, que tendrían que vender automóviles más caros, en comparación con los precios bajo las condiciones comerciales actuales.

Presión a 10 fabricantes

El regreso a Estados Unidos de la producción de las plantas automotrices fincadas en México es uno de los discursos más activos del presidente Trump; sin embargo, y aunque su estrategia tenga éxito, la capacidad de producción en ese país no soportaría el ritmo de exportaciones que México alcanzó durante el último año.

›Tan sólo el año pasado, 1.8 millones de automóviles fueron exportados al mercado estadunidense, es decir, el 55% de la producción total nacional. Esto significaría, detalló el análisis de la CAR, que diez fabricantes de automóviles tendrían que asumir, al menos, la producción de un millón de vehículo. Sin embargo, la producción de las fábricas estadunidenses alcanzó el año pasado 94% de su capacidad; “hay poca capacidad para expandirse, lo que significa que no sería posible simplemente cambiar la producción de México a las plantas existentes en Estados Unidos”, alerta el documento.

Ampliar la producción no sólo requeriría tiempo, sino costos para las armadoras de 4.7 a 6.5 billones de dólares, inversiones que no necesariamente serían absorbidos por los 10 principales fabricantes de autos ubicados en el mercado estadunidense y que podrían recaer en General Motors, Ford y Fiat Chrysler Automobiles, “los fabricantes extranjeros pueden tener menos incentivos para mover la producción de México a Estados Unidos”.

Mudar las fábricas hacia Estados Unidos enfrentaría otra complicación, pues las armadoras utilizan insumos que producen otras industrias de autopartes. En México, 19% de las inversiones hechas por este sector corresponde a empresas estadunidenses; no obstante que otro 30% de productores de refacciones y piezas son fabricadas por Japón y Alemania.

Esto significaría, que, aunque estas empresas exportan hacia Estados Unidos, no tendrían incentivos para cambiar de sede sus plantas de producción, principalmente para soportar la expansión de un millón de vehículos que, en su caso, sería transferida a las fábricas estadunidenses.

La pinza cerraría en las salas de los concesionarios, en donde el empleo de los distribuidores estaría en riesgo por una restricción en la producción, por falta de capacidad o por el incremento en el costo de los vehículos, por la imposición de aranceles, alertó la CAR.

En su análisis, el organismo estimó que un alza en los precios, principalmente de los vehículos ligeros que se importan de México sería inevitable, sobre todo si la administración Trump cumple su promesa de imponer un arancel de 35% a las importaciones nacionales.

El cálculo del CAR es de al menos 450 mil unidades menos que se venderían en el mercado estadunidense; situación que se agravaría por el incremento que también tendrían los insumos como motores, transmisiones y otras piezas que se fabrican en Estados Unidos y que usan las armadoras situadas en México para los autos que envían de regreso al mercado estadounidense.

El escenario sería devastador para el empleo del sector, pues al menos 20 mil puestos de trabajo en Estados Unidos se perderían por la barrera arancelaria a las piezas automotrices que llegan a cruzar hasta nueve veces la frontera en las cadenas de producción actuales, antes de su instalación final en los autos que son exportados en Estados Unidos.

La llave del empleo se cerraría también para las plantas armadoras, pues al enfrentar un mercado contraído estarían obligadas a reducir su producción, y por lo tanto apunta el documento, estarían obligadas a reducir al menos 11 mil empleos en las líneas de ensamble.

Camino abierto para China

La salida de Estados Unidos del TLCAN o la imposición de sanciones arancelarias dejaría la puerta abierta para que China, señalado como uno de los países que se han aprovechado del mercado estadunidense, se consolide como un actor dominante en el sector automotriz internacional.

La CAR considera que China sería el gran ganador de la ruptura del TLCAN, pues cuenta con condiciones que favorecerían su fortalecimiento como un mercado automotriz de bajo costo y con una posición relevante en la producción de autopartes y componentes automotrices.

Con estas condiciones, el mercado chino estaría en condiciones de devorar al estadunidense, que actualmente es el más grande en términos de valor de ventas y por la presencia de las principales marcas armadoras; que sin el TLCAN se contraería de 20 millones a 17 millones de vehículos ligeros; el sector, incluso se vería rebasado por la Unión Europea.

›La contracción del mercado estadunidense estaría impulsada por el alza en el costo de los vehículos.Tal reducción conllevaría un efecto colateral, pues al ser un mercado más pequeño, Estados Unidos perdería liderazgo en materia de regulación, tanto de economía de los combustibles o en el ámbito de seguridad vial.

La ruptura por la pérdida de liderazgo también haría mella en el interior del país, estimó la CAR, principalmente en materia de regulación medioambiental, de la que California y otros 13 estados han señalado que no adoptarán la política que dicte Washington.

La pesadilla regresa a Detroit

El fantasma de la crisis que afectó a la industria automotriz en 2009 y que fue la puntilla que llevó a la ciudad de Detroit a la quiebra, ronda otra vez a la llamada capital del automóvil. La salida del TLCAN y su impacto en el sector automotor tendría un efecto particular en Michigan, estado en el que se ubica Detroit, que perdería un mercado de 32.4 billones de dólares en bienes que produce la industria ubicada en la zona metropolitana de esa ciudad para la industria automotriz en México y Canadá, de acuerdo con datos de la oficina de la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos. El análisis hecho por el CAR amplió el efecto negativo con un riesgo latente de pérdida de empleos para todo el estado, incluso para los sectores industriales vinculados a la producción de automóviles, en caso de que la producción fuera trasladada fuera de la zona del TLCAN.

Ante una eventual salida de Estados Unidos del TLCAN, el mercado mexicano tendría opciones para comprar insumos automotrices en mercados competitivos ubicados en China e India.

En 2015, según datos del gobierno estadunidense, México importó piezas y componentes automotrices desde el país vecino del norte por un valor de 20 billones de dólares, romper con las condiciones comerciales actuales afectaría a los fabricantes estadunidenses

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