En caso de que llegara a terminarse este año, el controvertido proyecto del Tren Maya costaría 2.4 veces más de lo presupuestado originalmente, señaló hoy el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco); también aclara que “las razones de este sobrecosto son desconocidas”, puesto que la información sobre el proyecto se reservó por tratarse de una “obra de seguridad nacional”.
De acuerdo con una infografía que el Imco dio a conocer en su boletín semanal, los cálculos del organismo indican que a marzo de 2023 el avance de la construcción del Tren Maya es de 58.4 %, y para terminarse en 2023 requiere un gasto total de 373 mil 699 mdp, más del doble de los 156 mil millones de pesos que originalmente se había presupuestado.
Según dio a conocer el propio Imco desde marzo del 2019, el sobrecosto en los proyectos ferroviarios es normal en el mundo; sin embargo, la experiencia internacional ha sido que “en promedio los proyectos ferroviarios elevan su costo en un 45 % sobre lo presupuestado”, señaló entonces el Instituto.
Con datos de la Cuenta Pública de 2020 a 2022 y en los informes trimestrales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entre otras fuentes, el Imco señala que tan sólo en 2022 el gasto que se hizo en la construcción del Tren Maya, de poco más de 186 mil millones de pesos, fue equivalente al 287 % del autorizado para ese año, y revela que a la fecha ya se ha ejercido casi la totalidad de los 143 mil 73.3 millones de pesos autorizados para 2023.
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Por otra parte, hoy han arreciado las críticas de grupos de ecologistas y defensores del medio ambiente al Tren Maya, que es considerado por el gobierno federal como el principal proyecto de infraestructura.
Uno de los anuncios de la campaña Súbete al Tren que ha sido más criticado es el que indica que el 75 % del Tramo 5 será elevado, construido sobre pilotes “para que el tren no perjudique el ambiente”, ante lo cual los ambientalistas que estos pilotes están siendo construidos sobre o a través de las cavernas que llevan los ríos subterráneas, lo cual implica riesgos de derrumbe y contaminación, lo que, señalan, pondría en peligro no sólo a los ecosistemas sino al sistema hídrico de la zona.
Desde que, por las obras del Tren Maya, se cerró la entrada a la emblemática caverna Dama Blanca, los ambientalistas han señalado que hay más de 100 cuevas en el trazo que se hizo “sin proyecto ejecutivo, sin mapas correctos, sin escuchar a l@s expert@s de la zona”.
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