La ministra grosera
La SCJN es una de las instituciones en donde las formas importan mucho, pero hay una ministras que, dicen los que saben, no le importa cuidarlas mucho y se siente con el derecho de ser grosera con sus compañeros
La Suprema Corte de Justicia de la Nación es una de las instituciones en donde las formas importan y mucho, y en este momento hay una ministra a la que no le importa, dicen los que saben, cuidarlas. Son cada vez más comunes las discusiones, descalificaciones y hasta insultos que lanza Norma Piña Hernández, integrante del máximo tribunal —al cual llegó en 2015 gracias a los buenos oficios del entonces director jurídico de la Presidencia, Humberto Castillejos—. Resulta que doña Norma se siente con derecho a ser grosera con sus compañeros, quizá por los más de 30 años que tiene de carrera judicial, pero sea lo que sea, el resto de los ministros ya están muy molestos con su actitud. En su lista de confrontaciones insultantes, como lo llaman en la Corte y no es para menos, dicen, ha sumado a sus compañeros Yasmín Esquivel, Margarita Ríos Farjat, Juan Luis González Alcántara y hasta el ministro presidente Arturo Zaldívar, a quien por cierto una vez le dijo “tarado”.