Durante tres minutos, María Isabel abrazó a su hermana Juana, a quien no veía desde hace dos décadas, en un acto que este sábado reunió a familias migrantes en la frontera de México y Estados Unidos, cerrada por la pandemia.
En la línea fronteriza, sobre un afluente seco en el desierto del curso de agua que Estados Unidos llama Río Grande y México Río Bravo, la mujer agitaba un pañuelo amarillo con la esperanza de ser identificada por su familiar.
“Nunca es igual una videollamada, una foto, no hay como sentir ese apretón, ese amor de hermanas que tenemos hacia nosotras”, dijo María Isabel Pérez de Ciudad Juárez.
Para el anhelado estrujo, María Isabel debió someterse a una prueba rápida de Covid-19 que le fue aplicada por la Cruz Roja del lado mexicano. Mientras que su hermana debió mostrar que ya estaba vacunada contra la enfermedad.
Juana Pérez, de 52 años, ingresó a territorio estadounidense con una visa de turista dos décadas atrás, y viajó varias horas este sábado desde Phoenix. Esto para participar en este evento apoyado por la oenegé Red Fronteriza por los Derechos Humanos.
Al igual que estas hermanas, unas 200 familias acudieron a la octava edición de “Abrazos, No Muros” que fue suspendida el año pasado luego del cierre de la frontera entre México y Estados Unidos por la emergencia sanitaria.
Cientos de familias pueden reunirse brevemente gracias a esta cita anual, en una preciada ocasión que aprovechan para reír, llorar y tomarse fotos teniendo como escenario el polémico muro entre México y Estados Unidos promovido por el expresidente estadounidense Donald Trump.
“Son más de 2.000 personas que están llegando juntos de los dos lados de la frontera. El mensaje es que no podemos permitir que se sigan separando familias”, dijo Fernando García, organizador del encuentro.
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"¡Está más guapa!”
Una de las familias que aprovechó la oportunidad fue la de Jesús Miranda, que pudo volver a ver a su hija Gloria.
"¡Está más guapa! Ya tiene hijos, tenía tres años que no la veía”, contó a la AFP Miranda, quien irradiaba la felicidad que le producía el reencuentro.
Antes de asumir la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden prometió implementar una política de inmigración más “humana”. Así como revertir la dura postura adoptada por su predecesor hacia los inmigrantes indocumentados.
Pero tras su llegada a la Casa Blanca, se ha multiplicado el número de migrantes que intentan cruzar ilegalmente desde México.
El número de detenciones de indocumentados, incluidos menores no acompañados, batió un récord de 15 años en abril en la frontera entre Estados Unidos y México. De las más de 178.600 personas interceptadas, el 82% provenía de México y Centroamérica.
Con unos 231.000 fallecidos, México, de 126 millones de habitantes, es el cuarto país más afectado por la pandemia en números absolutos, aunque su tasa de mortalidad es la vigésimo primera en el mundo.
Mientras que Estados Unidos, con unas 601.000 muertes, encabeza la lista de países más azotados por el covid-19, y su tasa de mortalidad es la vigésima.
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