Tras sismo y tsunami, ahora erupción afecta a la isla de Célebes
El monte Soputan emitió una columna de ceniza de más de 4km; mientras la policía restablece la ley en Palu donde sobrevivientes luchan por comida y agua

El monte Soputan, un volcán en la isla de Célebes, Indonesia, entró en erupción el miércoles, en el mismo lugar en que el pasado viernes un terremoto y un tsunami dejaron miles de daños y al menos mil 234 muertos. La Agencia Nacional de Gestión de Desastres reportó que el volcán emitió una columna de ceniza de unos 4 mil metros de altura sobre el nivel del cráter. El Soputan se encuentra a 5 mil 809 metros sobre el nivel del mar. Vía Twitter, la agencia reportó que el volcán entró en erupción a las 8:47 hora local del miércoles. Y pidió a los habitantes y visitantes de la isla a evitar actividades “en todas las áreas en un radio de 4 kilómetros del pico del monte”. También alertó para que dentro del área de 6.5 kilómetros en dirección oeste-suroeste se evite la zona ante la posible amenaza de lava y nubes calientes. Hasta ahora no hay información sobre reportes de víctimas o daños materiales. https://twitter.com/BNPB_Indonesia/status/1047308929821114368
Sobrevivientes luchan contra el hambre; policía restablece la ley
El pasado viernes, un fuerte terremoto seguido de un tsunami sacudieron a Indonesia, causando gran destrucción sobre todo en la localidad de Palu, donde viven 350 mil habitantes en la costa occidental de Célebes, que también dejó 61 mil 867 desplazados. La policía hizo disparos de advertencia y lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la gente que saqueaba comercios en Palu, una ciudad costera destrozada por el temblor de 7.5 grados de magnitud y el tsunami que le siguió el pasado viernes. Los sobrevivientes luchan contra el hambre y la sed y los hospitales locales están saturados por los heridos. La policía, que hasta ahora había tolerado que los sobrevivientes desesperados tomaran comida y agua de los negocios cerrados, decidió detener a 35 personas por robar computadoras y dinero.
El primero y segundo día no había negocios abiertos. La gente tenía hambre. Había gente realmente necesitada. Eso no es un problema”, dijo el subcomisario de la policía nacional, Ari Dono Sukmanto. Pero tras el segundo día, los alimentos comenzaron a llegar, sólo se necesita distribuirlos. Ahora estamos restableciendo le ley”, añadió.
La desesperación es patente en las calles de Palu, donde los sobrevivientes escalan las montañas de restos a la búsqueda de algo recuperable. Otros se amontonan alrededor de los pocos edificios que aún tienen electricidad, o hacen cola para obtener agua, dinero en efectivo o combustible, escoltado por convoyes de policías armados. “El gobierno, el presidente, vinieron pero lo que realmente necesitamos es comida y agua”, dijo a AFP Burhanuddin Aid Masse, de 48 años. Los socorristas no tienen maquinaria suficiente y su labor se complica por las carreteras cortadas y los daños en las infraestructuras. Además, este martes el país registró dos sismos más frente a sus costas pero a cientos de kilómetros de Palu.