Los deseos del presidente Andrés Manuel López Obrador en torno a que el secuestro de los cuatro ciudadanos estadounidenses en Matamoros se resolvería se disolvió y durante la mañanera de este martes, se informó que aunque habían sido localizados, dos de ellos habían muerto.
Casi a la par de que las autoridades de Tamaulipas y del gobierno federal advirtieron una posible confusión en el caso de los dos ciudadanos estadounidenses, la contraparte estadounidense se hizo presente con exigencias de justicia y llamados a combatir a los grupos de la delincuencia organizada.
John Kirby, portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca; Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en nuestro país; y el fiscal general Merrick Garland, lamentaron lo sucedido en la ciudad fronteriza y coincidieron en que no debe quedar impune el secuestro y asesinato de sus connacionales.
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La Casa Blanca reiteró que los ataques contra ciudadanos estadounidenses, sin importar las circunstancias, “son inaceptables” y afirmó que dependencias y agencias federales trabajarían de cerca con el gobierno mexicano para garantizar que se haga justicia.
A través de su vocera, Karine Jean-Pierre, la Casa Blanca dijo que la administración Biden se ha centrado en acabar con las organizaciones criminales, incluidos los cárteles de la droga al tiempo en que se les han impuesto sanciones.
El embajador Ken Salazar dijo que era prioridad trabajar con autoridades mexicanas para que los responsables sean castigados, pero también consideró necesario combatir la impunidad y fortalecer el frente contra organizaciones criminales.
“Tamaulipas representa un riesgo por los altos niveles de criminalidad y violencia”, refirió Ken Salazar para señalar al Cártel del Golfo como el grupo criminal que controla la llamada “frontera chica”, y al cual se señaló por el secuestro de los ciudadanos estadounidenses.
Por su parte, John Kirby afirmó que trabajarán “de cerca” con el gobierno de López Obrador para obtener justicia. En el mismo sentido se pronunció Merrick Garland, quien advirtió que “el Departamento de Justicia será implacable en la búsqueda de justicia”.
Esta “presión” sigue de cerca la principal línea de investigación de los gobiernos federal y estatal, quienes apuntan a una confusión del Cártel del Golfo, cuyos integrantes habrían confundido a los estadounidenses con traficantes haitianos.
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