Los graves problemas del campo, los altos precios de insumos y su carestía en el país están llevando al precio de la tortilla a importes inéditos. De acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), desde que comenzó la guerra, el precio del alimento más consumido por los mexicanos ha aumentado 8.64 por ciento.
En ciudades como Acapulco, Guerrero, se observa que llegó hasta los 27 pesos el kilo; las cifras de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) revelan que el precio más alto para la tortilla llega a 28 pesos en Hermosillo, Sonora.
Según datos de las dependencias mencionadas, en Ciudad de México se mantiene en 20, y en Monterrey, Nuevo León, llegó a los 23, al igual que en Guadalajara, Jalisco.
Tortilleros aluden que no pueden contener el alza en el precio de los energéticos que ocupan en las máquinas, así como el incremento en las refacciones y en el alto costo del maíz, harina, y en la mayoría de los casos, la renta.
Hace un año, el precio promedio de todo el país alcanzaba los 16.63 pesos por kilo, por lo que se tiene un incremento del 23% en la tortilla, el cual se aceleró con la guerra entre Rusia y Ucrania, que son de los principales exportadores de maíz en el mundo.
Desde que México cayó en la crisis de la pandemia y posteriormente la guerra, la tortilla para el mexicano en promedio ha aumentado en estos dos años 34% aunque hay ciudades que alcanzaron un 50% de incremento.
La situación en la tortilla podría incrementarse ante la falta del grano amarillo y el precio que continúa elevándose para importarlo y/o producirlo, lo que traerá presión futura sobre el precio del alimento clave en la dieta de los hogares del país.
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