Ni las regulaciones de pesca y protección, ni los llamados a proteger las especies marinas han servido, en las actividades humanas en el océano, los tiburones son uno de los grandes afectados.
Según estimaciones publicadas en la revista Science, la especie humana mata cada año cerca de 80 millones de tiburones; entre ellos se cuentan varias especies amenazadas.
La cifra ha crecido año con año, y uno de los principales motivos es el consumo de su carne y aletas; estas últimas se consideran valiosas en algunos países.
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Por este motivo, muchos tiburones son cazados y mutilados. El corte de las aletas significa una sentencia de muerte, ya que aunque se regresen al mar; si no mueren desangrados quedan imposibilitados para moverse y comer, lo que conduce a su deceso de forma lenta
“Esto es una gran preocupación, porque una de cada tres especies está en peligro de extinción”, señaló Boris Worm, ecólogo marino de la Universidad de Dalhousie en Canadá y autor principal del estudio.
Y lejos de ayudar, la regulación sobre los cortes de aletas de tiburón parecen haber aumentado en los últimos años. “Ahora que existe una regulación del aleteo, los pescadores se quedan con el tiburón entero”, dijo por su parte Laurenne Schiller, científica de conservación pesquera de la Universidad de Carleton en Canadá y coautora del estudio.
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El problema no es únicamente de los tiburones, ya que se afecta a otras especies marinas de las cuales se alimentan o forman parte de los ecosistemas a los que pertenecen.
En su análisis, los especialistas insistieron en la necesidad de implementar acciones más efectivas para salvar a las especies amenazadas. Y es que para llegar a esta conclusión, se estudiaron datos pesqueros de 150 países y en alta mar, los cuales se combinaron con modelos informáticos y entrevistas con expertos.
“Más que nada, este estudio muestra el alcance global del mercado de tiburones, no sólo de aletas sino también de carne”, puntualizó Schiller.
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BM